El apoyo de Ana Rosa Quintana a Cari Lapique en su vuelta al trabajo tras la muerte de su marido y su hija
- La presentadora ha acudido al Showroom Yowe que regenta la empresaria
- Cari Lapique ejerce de madre de sus nietos, apoyando al viudo de Caritina: misa con toda la familia
Informalia
Cari Lapique atraviesa uno de los momentos más complicados de su vida. La empresaria perdió este verano a su marido, Carlos Goyanes, y a su hija mayor, Caritina, solo dos semanas después. Dos episodios inmensamente dolorosos de los que aún intenta reponerse. Sin embargo, la vida continúa, y este martes se ha reincorporado a su puesto de trabajo, donde se ha personado su amiga Ana Rosa Quintana para visitarla.
Cari ha acudido en la mañana de este 22 de octubre al Showroom Yowe que regenta. Sin ocultar su tristeza, ha accedido al establecimiento sin hacer declaraciones y, poco después, en él se ha presentado la presentadora de TardeAR.
La periodista ha acudido al local vestida con un amplio pantalón palazzo de color negro y una camisa satinada de color rojo. Para protegerse del frío llevaba una cazadora de cuero negra, un básico de fondo de armario ideal para el otoño. Para cuidar la discreción, ha cubierto su rostro con unas grandes gafas de sol.
Este miércoles se cumplirá un mes de la misa funeral que la familia de Cari organizó en la parroquia de San Agustín, en El Viso, para despedir a Carlos y Caritina Goyanes. La cita reunió a personalidades de nuestra sociedad, como Naty Abascal - que arropó en todo momento a su amiga - e Isabel Preysler y Tamara Falcó, que se mostraron muy afectadas. Junto a ellas estuvieron otros rostros conocidos, entre ellos, Jaime Martínez-Bordiú, Eugenia Martínez de Irujo (con Narcís Rebollo), Nicolás y Samantha Vallejo-Nágera, Lita Trujillo o Inés Domecq.
Cari se entrega en cuerpo y alma al cuidado de sus nietos: Pedro, de 13 años, y Mini Cari, de 10. Tanto es así que prácticamente viven juntos, pues la familia estaba tan unida que Carlos Goyanes y su mujer compraron, hace unos años, un piso en el mismo edificio en el que vivía Caritina: "Estaban todo el día subiendo y bajando", nos aseguraron. Los abuelos participaban en el día a día de los niños y se forjó una relación muy especial entre ellos, sobre todo entre el empresario y Pedro: "Era el hijo que no tuvo. Le hacía el desayuno, lo llevaba al colegio, a entrenar, al fútbol...". Ahora, Cari "no se separa de ellos".
El pasado martes 10 de septiembre ya se celebró una misa en honor de ambos en la misma parroquia, tal y como adelantó Beatriz Cortázar en Informalia. Fue organizada por Emaús, el movimiento religioso al que pertenecía la empresaria y que la ayudó a superar algunos momentos difíciles.