María José Campanario envía un mensaje desde el hospital en plena recuperación

Una semana lleva ingresada la mujer de Jesulín de Ubrique en el hospital San Juan Grande de Jerez de la Frontera. Todavía no han trascendido los motivos que han llevado a la odontóloga a pasar por el centro médico pero sí que están relacionados con la vista y con una intervención quirúrgica que es "más seria" de la que se esperaba. Tanto ella como su marido guardan silencio ante la expectación pero este viernes, la madre de Julia Janeiro ha dado 'señales de vida' a través de las redes sociales.

No ha sido un mensaje para tranquilizar a sus seguidores pero sí da pistas de que María José conserva el ánimo y las ganas a pesar de las circunstancias. Y es que la andaluza juega a 'La palabra del día', un popular entretenimiento que comparte con una amiga: "Ya pasó el temporal", decía esta. "Viene para acá", responde Campanario, inmersa en el juego.

La noticia saltaba este martes, adelantada por la revista Semana. María José llevaba días ingresada y los testigos aseguraban que "llevaba un ojo vendado y el rostro ligeramente inflamado". Jesulín de Ubrique es el encargado de acompañar a su mujer estos días y ha sido visto a las puertas del hospital, muy serio y cabizbajo, con una bolsa de tela que probablemente portaba enseres personales para la paciente. Hay que recordar que la odontóloga, madre de tres hijos, sufre fibromialgia, una enfermedad que le fue diagnosticada hace más de una década y que la ha obligado a ingresar en varias ocasiones. "Hay días que son muy fastidiados, es lo que tiene", relató el pasado mes de mayo. "Es muy complicado. Es una patología muy complicada. Te puede encerrar en una habitación y te puede encerrar en una cama. Es un dolor que persiste cada día, que no para cada uno de los días, y que te puede llevar a tener una depresión".

Este nuevo bache en la salud de Campanario llega solo un mes después de que su marido, Jesulín, sufriera una angina de pecho. El padre de Andrea Janeiro se encontró indispuesto de madrugada por un dolor fuerte en el pecho y en la espalda: "Recuerdo que empecé a sentir un malestar general. Me encontraba fatigado, con ganas de vomitar y sentía unos fuertes pinchazos en el cuello, como si me estuviesen dando palos sin piedad. Yo pensaba que era debido a una contractura muscular, pero, a las tres y media de la mañana, los dolores comenzaron a ser cada vez más intensos. Era un dolor que no sabría describir", contó a las puertas del hospital, tras ser dado de alta. "No esperaba que pudiera pasarme algo así, me he llevado el susto más grande de mi vida".