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Impresionante despedida a Carlos y Caritina Goyanes en el tanatorio de Madrid: todos los detalles por Beatriz Cortázar


Beatriz Cortázar

Desde primera hora de la mañana, la sala 17 del tanatorio Tres Cantos en Madrid donde se instaló la capilla ardiente de Carlos y Caritina Goyanes no paró de recibir visitas de amigos y familiares para rezar y dar un abrazo a su familia.

La verdad es que no cabía un alma en el interior y ese calor humano impregnó de cariño y emoción cada minuto de un velatorio que terminó con una misa concelebrada por cuatro sacerdotes a las 14:00 horas en la capilla del centro. Cari Lapique apenas pudo pronunciar palabra alguna. Sentada junto a su hermana Miriam y su hija Carla, derramó todas las lágrimas que una persona es capaz de tener y recibió los besos y los abrazos de tantos amigos que dudo pueda recordar hasta quién estuvo.

En la sala 17 se encontraba el féretro de su hija Caritina y las cenizas de su marido así como un sinfín de coronas de flores blancas. El blanco, símbolo de la pureza, predominó en todo. Flores de la madre, del marido e hijos, de los primos, de su hermana, su sobrinos… Junto al féretro, un grupo de amigas de Caritina, de sus retiros de Emaús, cantaron con la guitarra esas canciones que suelen entonar en esos encuentros. Fue precisamente en un retiro de Emaús donde hace ya cinco años Caritina encontró una fe que hasta la fecha no había sentido de esa manera y a la que hoy se agarra su familia para encajar su pérdida.

Para darle su último adiós acudieron una larguísima lista de amigos y conocidos. Desde Isabel Preysler, que la víspera había aterrizado de Estados Unidos rumbo a Marbella y que retrasó su estancia en la Costa del Sol para poder acudir a este sepelio. Lo hizo en compañía de su hija Tamara y de su yerno Íñigo Onieva, con los que también se fue. Nuria González, Ana Hermosilla, que recientemente también ha enviudado, la modelo Nieves Álvarez, Silvia Gómez Cuétara y por supuesto la íntima amiga de Cari, Maribel Yébenes, que hace un año también perdía a su marido en plenas vacaciones.

Un momento muy emotivo fue cuando el viudo de Caritina, a quien todos llaman Matos (Antonio), acudió a la puerta del tanatorio para recibir a sus dos hijos, Pedrito y Mini Cari. Los pequeños quisieron estar presentes en todo momento para apoyar a su padre a su abuela y despedir a su madre y abuelo. Junto a sus primos, los hijos de Carla y Jorge, mostraron una entereza que ni muchos de los adultos son capaces de aguantar. Ana Rosa Quintana, José María García, Francisco Rivera, Colate Vallejo-Nágera, el empresario Juan Palacios, Pepa la cocinera, Emiliano Suárez, Eugenia Martínez de Irujo…

En la capilla del tanatorio realmente no cabía un alma. Muchísimas personas tuvieron que quedarse fuera y rezar en la distancia, ya que estaba abarrotada y es que fue una despedida doble en una familia muy querida. Por eso, junto a los sacerdotes en un lateral del altar, se colocó el féretro de Caritina y la urna donde reposan las cenizas de su padre, Carlos Goyanes. Por los dos y por ese encuentro en el más allá pidieron todos los presentes. La música de sus compañeras de Emaús siguió sonando casi toda la ceremonia, que terminó con unas dulces palabras del hijo de Carla Goyanes, quien leyó perfectamente el texto que su madre había dedicado a su hermana y que rezumaba amor y cariño en cada frase. Tras la despedida religiosa, el cortejo fúnebre se encaminó al cementerio de Tres Cantos, donde se celebró el entierro de Carlos Goyanes y su hija Caritina. Aún es pronto para que su propia familia entienda todo lo que ha pasado en un verano que solo lo prometía cosas buenas. Descansen en paz.