Estilo de Vida
¿Conoces la nueva normativa para el aumento de pecho?
Informalia
Será "el gran salto", según el presidente de la Asociación Española de Cirujanos Estéticos, para quien la cicatriz es "el estigma" resultante de una intervención estética. De hecho, es una de las cuestiones que más preocupan a las pacientes, aunque no tanto por supuesto como la seguridad de los implantes mamarios.
Tras el caso de las PIP, las prótesis de bajo precio que contenían un aditivo para carburantes, y que obligaron a miles de mujeres a acudir al quirófano a retirarlas con urgencia, la preocupación por la garantía de salud de este producto se ha extendido de los profesionales a los pacientes y, finalmente, a las autoridades competentes.
Siete años después, la Unión Europea anuncia una nueva regulación que incluye mayor vigilancia en torno a la calidad de los implantes, que deberán ser supervisados por un grupo de expertos. Asimismo, serán sometidos a ensayos clínicos y a los controles pertinentes de distintos organismos públicos.
Desde la presidencia de AECEP, Francisco Menéndez Graíño valora muy positivamente esta noticia. Se trata de un primer paso muy importante, que equipararía los controles europeos a los que se vienen realizando por parte de la FDA, la agencia americana del medicamento. Según explica el cirujano, el control por parte de organismos públicos siempre ayuda a descartar materiales que no cumplen con las mínimas garantías de salud.
Por otra parte, Menéndez Graíño se muestra partidario de la creación de un registro de implantes, otra gran novedad en la que se está avanzando, aunque quizás demasiado lentamente y sin contar con la AECEP. El control de este material es imprescindible para descartar fraudes como el antes citado ocurrido en Francia en 2010: ?Toda prótesis de mama cuando sale del laboratorio fabricante debería de llevar un código, una matrícula. Cada prótesis es única. Tiene una trazabilidad. Nosotros debemos dar a nuestros pacientes un carnet o una hoja con esos números con esos códigos, que también tiene el fabricante. El proceso debería ser sencillo, ágil y seguro?.
Estas y otras cuestiones se han abordado en el congreso de Cirugía Secundaria de la Mama, que la Asociación de Cirujanos Plásticos y Estéticos acaba de clausurar. Este tipo de cirugía, la que se realiza tras una primera intervención en el pecho, tiene diversos orígenes. El primero, según explican desde AECEP, tiene que ver con el cambio de constitución de pacientes que se operaron hace 20 o 30 años, cuando se popularizó la mamoplastia. Durante este tiempo, las pacientes han cambiado su constitución, la forma o el volumen de sus pechos, o, si tenían prótesis, estas se han degradado y pueden estar rotas o encapsuladas.
Frente a lo que se venía afirmando, las prótesis no son ?para toda la vida?. La experiencia de estas primeras décadas de democratización de la cirugía plástica ha aportado datos significativos: a los 10 años se rompe un 5,7% de los implantes, mientras que la vida media de los implantes se ve entre los 20 y 25 años tras la implantación. La rotura de los mismos se sitúa en un 50%.
A estos motivos, que provocan que el 30% de las intervenidas en la mama vuelvan a pasar por el quirófano hay que sumar la mala praxis resultante del fenómeno ?low cost?, que va de la mano, en muchas ocasiones, del ahorro en materiales, personal médico, instalaciones y equipo quirúrgico.
La cirugía de mama continúa a la cabeza de las intervenciones estéticas más solicitadas, seguida de cerca por la liposucción. Su demanda es estable y es uno de los procedimientos más ofertados publicitariamente. En este sentido, desde AECEP se recuerda que a esta operación se debe llegar con naturalidad y rigor, acudiendo a un especialista en cirugía plástica, reparadora y estética, y operándose en un centro cualificado y bien equipado.