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A tener en cuenta: Temu y Shein sufren la guerra de aranceles de Trump y Xi Jinping: ¿el fin de la ropa asequible?

Recreación de Trump y Xi Jinping vestidos con ropa de fabricación china lowcost

Lucas del Barco

La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha reavivado viejos temores en el sector del comercio electrónico, y sus efectos empiezan a sentirse con fuerza en plataformas populares como Temu y Shein. El expresidente y actual candidato Donald Trump ha vuelto al centro de la escena económica con una nueva orden ejecutiva que cambia las reglas del juego para estas compañías asiáticas. Las nuevas medidas, que eliminan las ventajas fiscales conocidas como normas de minimis, suponen un duro golpe para los gigantes del fast fashion y ponen en jaque su modelo de negocio global.

Fin de los privilegios aduaneros

Hasta ahora, compañías como Temu, Shein o AliExpress se beneficiaban de un sistema que les permitía enviar productos directamente desde China a consumidores estadounidenses sin pagar aranceles, siempre que el valor del pedido no superara los 800 dólares. Este mecanismo, conocido como de minimis, ha sido clave para mantener precios bajos y márgenes competitivos frente a marcas occidentales como Inditex o H&M.

Sin embargo, esa ventaja ha desaparecido. A partir de mayo, los envíos con valor inferior a 800 dólares deberán pagar una tasa fija de 75 dólares, y desde junio, la cifra se elevará a 150 dólares. Es decir, se triplican los gravámenes inicialmente propuestos. Además, se imponen nuevos aranceles a productos chinos con tasas que alcanzan el 104%, una cifra sin precedentes en la historia reciente del comercio entre ambas potencias.

Un modelo de negocio bajo amenaza

El impacto para plataformas como Temu y Shein es profundo. A diferencia de otras empresas que cuentan con centros de distribución regionales, estas plataformas han basado su éxito en un modelo de exportación directa desde China, aprovechando los bajos costes logísticos y fiscales. El aumento de los aranceles encarece significativamente los envíos y socava su ventaja competitiva.

Aunque Shein había empezado a valorar la posibilidad de diversificar su red de distribución con proveedores en países como Vietnam, fuentes citadas por Bloomberg aseguran que funcionarios chinos han presionado para frenar esos planes. La dependencia de la infraestructura china, tanto industrial como logística, sigue siendo alta.

Guerra de represalias

La escalada arancelaria no es unidireccional. Pekín ha respondido con aumentos progresivos de sus propios gravámenes a productos estadounidenses, llegando a tasas del 125% en algunos sectores. Trump, por su parte, ha contraatacado elevando aún más los aranceles, en una espiral que afecta ya a más de 180 países implicados directa o indirectamente en el comercio entre ambos gigantes.

Esta guerra comercial no sólo impacta a las grandes plataformas chinas. Las consecuencias alcanzan también a sectores como la cosmética asiática —muy popular en Europa y América—, con marketplaces como Stylevana o YesStyle enfrentando mayores barreras para exportar desde Hong Kong, Japón o Corea del Sur.

Colapso logístico y medioambiental

Los problemas no se limitan a lo económico. Expertos como Brittain Ladd, consultor especializado en comercio electrónico, alertan de que las nuevas tasas no solo encarecerán los precios, sino que también ralentizarán los envíos. El sistema aduanero estadounidense no está preparado para gestionar este nuevo volumen de trámites, lo que podría provocar un colapso en puertos y centros logísticos, y una acumulación masiva de paquetes sin procesar.

Además, las consecuencias medioambientales podrían agravarse. La ONU estima que la industria textil genera más de 1.200 millones de toneladas de gases de efecto invernadero cada año, más que el transporte aéreo y marítimo combinados. Si las marcas se ven obligadas a modificar sus rutas y procesos logísticos para sortear los aranceles, es previsible un aumento significativo de su huella de carbono.

Impacto global: España y Europa no son ajenas

Aunque la normativa estadounidense no afecta directamente a Europa, las clientas de estas plataformas en países como España también sufrirán las consecuencias. El aumento de costes para Temu y Shein en su principal mercado podría traducirse en precios más altos o retrasos en la cadena de suministro global. Muchas usuarias han manifestado en foros su preocupación ante posibles cancelaciones de pedidos o cambios en la política de envíos internacionales.

En paralelo, la Unión Europea avanza con su propia agenda reguladora. Bruselas ya ha iniciado procedimientos para eliminar los minimis en las aduanas comunitarias, y también investiga a estas plataformas por presunta venta de productos peligrosos o ilegales. En respuesta, Temu ha firmado un acuerdo con DHL para reforzar su capacidad logística en Europa, con el objetivo de que para 2027, el 80% de sus productos vendidos en la región se distribuyan localmente.

Una guerra que sacude a todo el sector

El conflicto entre Trump y China no solo ha trastocado los planes de expansión de Temu o Shein. Empresas como Alibaba han perdido hasta un 20% de su valor en Bolsa en solo cinco días. Incluso Amazon se ve afectada. Su nueva plataforma, Haul, diseñada para competir con los precios bajos de las marcas asiáticas, ve cómo su estrategia pierde sentido en un contexto de restricciones y costes crecientes.

El fast fashion, ya cuestionado por sus prácticas laborales y su impacto ambiental, se enfrenta ahora a una crisis estructural que podría cambiar el equilibrio de fuerzas en el comercio global. Mientras tanto, el sector aguarda los próximos movimientos de Washington y Pekín con incertidumbre. Lo único claro es que el modelo low cost asiático ya no volverá a ser el mismo.