Casas Reales
Ola de indignación en Marruecos tras artículos en la prensa francesa sobre la salud del rey Mohamed VI
Sara Tejada
La tormenta mediática ha irrumpido en el verano marroquí tras las publicaciones en medios franceses, como el diario Le Monde, de varios artículos sobre el estado de salud del rey Mohamed VI y sobre el futuro de la monarquía alauí ha desencadenado una ola de indignación en la prensa marroquí, tanto oficial como privada. El debate ha puesto nuevamente en el centro de la escena a un soberano cuya figura, a sus 62 años, suscita interrogantes dentro y fuera del país.
La Asociación Nacional de Medios y Editores cierra filas en torno a la oficialidad palaciega y condena con dureza lo que califica como "ataques hostiles a la institución monárquica, base de la nación marroquí". El periódico galo habló de una "atmósfera de fin de reinado", como recogimos, mencionando las limitaciones físicas del monarca y las tensiones internas en el aparato de poder ante un eventual proceso de sucesión. Tales afirmaciones encendieron las alarmas en Rabat, donde la defensa de la estabilidad institucional es considerada una prioridad nacional.
La reacción coincide con la reaparición pública del soberano, tras semanas de discretas vacaciones en la costa de Tetuán. Mohamed VI había presidido en julio el tradicional discurso de la Fiesta del Trono, y en agosto sorprendió al encabezar una inusual Fiesta del Cordero sin sacrificios masivos, debido a la sequía. Solo un vídeo en redes sociales lo había mostrado en bañador sobre una moto acuática, sin actos oficiales hasta el pasado jueves, cuando apareció en la mezquita Hassan de Rabat para encabezar la ceremonia del nacimiento del profeta Mahoma, según la versión oficial, antepasado directo de los miembros de la dinastía reinante.
El monarca llegó acompañado por su hijo, el príncipe heredero Mulay Hasán, y por su hermano, Mulay Rachid. Caminó sin aparente dificultad y recibió a decenas de dignatarios en un prolongado besamanos. La imagen buscó transmitir normalidad y continuidad en un momento en el que su salud vuelve a ser motivo de especulación. Como Comendador de los Creyentes, Mohamed VI reforzó además su legitimidad religiosa al presidir la entrega de premios a recitadores del Corán y responsables de la llamada a la oración. La reacción de los medios marroquíes ha sido casi unánime en defensa del monarca. Desde los órganos estatales hasta publicaciones privadas, la narrativa del desagravio ha prevalecido. Solo voces aisladas, como la del director del semanario Tel Quel, Yasín Majdi, se han atrevido a señalar que la falta de transparencia alimenta la dependencia de las interpretaciones extranjeras.
La sensibilidad oficial frente a las críticas externas se entiende en un contexto donde la figura del rey es central en la vida política. Tras una fractura de húmero sufrida en diciembre pasado y las intervenciones cardíacas a las que se sometió en 2018 y 2020, cada ausencia prolongada del soberano alimenta rumores. Su larga estancia en Francia en septiembre de 2023, justo cuando un devastador terremoto golpeó el Atlas, aún es recordada como un momento de vacío de liderazgo.
La institución monárquica mantiene un sólido arraigo social, pero el debate sobre la sucesión se ha intensificado. El príncipe heredero, de 21 años, aparece cada vez con más frecuencia al lado de su padre en actos oficiales. La presencia conjunta de Mulay Hasán y Mulay Rachid en la mezquita Hassan fue interpretada como un mensaje de cohesión dinástica, en contraste con las especulaciones difundidas en el exterior. El retorno del monarca a la escena pública en abril, al inaugurar las obras de ampliación de la línea de alta velocidad en Rabat, había transmitido la idea de reactivación política. Sin embargo, el prolongado periodo vacacional del verano volvió a instalar la percepción de intermitencia en su agenda, lo que explica la susceptibilidad ante los reportajes de Le Monde.
Nuevo jefe de la Dirección General de Seguridad de los Sistemas de Información
La polémica coincide además con la designación del general Abdelá Butrik como nuevo jefe de la Dirección General de Seguridad de los Sistemas de Información. Su misión será frenar la ola de ciberataques que, en los últimos meses, ha expuesto datos sensibles de altos cargos marroquíes. Un grupo de piratas informáticos llamado Jabaroot, de supuesto origen argelino, difundió documentos sobre el patrimonio de ministros y alcaldes, alimentando la sensación de vulnerabilidad tecnológica. En este contexto, incluso líderes islamistas como el ex primer ministro Abdelilá Benkirán se han sumado a la defensa del rey frente a lo que califican como injerencias externas. "La monarquía rige Marruecos desde hace 12 siglos", afirmó, alineándose con la narrativa oficial que presenta las críticas como ataques a la soberanía nacional.
El episodio confirma la complejidad de un sistema político que descansa en gran medida sobre la figura del soberano. Cada gesto público de Mohamed VI adquiere una dimensión simbólica, mientras su salud se convierte en asunto de debate más allá de las fronteras. La indignación mediática de estos días refleja no solo la defensa cerrada de la institución, sino también la fragilidad que despierta cualquier cuestionamiento sobre la continuidad de la monarquía alauí.