Casas Reales

Sale a la luz la grosería que soltó el marido de Isabel II, agotado tras los fastos de la boda de su nieto Harry y Meghan Markle

Boda de Harry y Meghan Markle y el marido de la reina Isabel II, el príncipe Felipe

Informalia

Fue la boda del año. El 19 de mayo de 2018, sábado, se casaron Harry y Meghan Markle en la capilla de San Jorge (St. George's Chapel), en Windsor, Inglaterra. El castillo se convirtió en un escenario nupcial al que asistieron todos los Windsor con la reina Isabel II a la cabeza y una larguísima lista de famosos. Junto a la monarca se encontraba su marido, el duque de Edimburgo. Felipe entonces estaba a punto de cumplir 97 años (falleció en plena pandemia de la covid, en 2021, cuando le quedaban unos días para llegar a 100). Exhausto por los fastos nupciales de los duques de Sussex deslizó un aliviado "Gracias, joder, ya terminó". Así lo ha recogido el ex empleado de Buckingham Grant Harrold en su libro The Royal Butler: My remarkable life of royal service (El mayordomo real, en la versión en español), que sale a la venta este mes de septiembre. Lo publica Page Six.

Volvamos a aquel sábado de mayo de 2018. Las cifras que nos dejó la boda de Harry y Meghan fueron estratosféricas: 600 invitados en la capilla de San Jorge y unas 2.000 personas en los aledaños del castillo. Asistieron el padre del novio, su hermano Guillermo y Kate; y la madre de la novia, Doria Ragland. También, un sinfín de famosos, con los Beckham a la cabeza, David y Victoria; Oprah Winfrey, amiga y de la novia a quien años después de la daría la entrevista más mediática de los Windsor de este siglo; George Clooney y Amal, Elton John, Serena Williams, Priyanka Chopra, entre otros muchos. Una jornada agotadora, sin duda, para un hombre de casi 97 años y que, tal y como lo recuerda su ex mayordomo, el duque se giró hacia su mujer y le dijo: "Gracias, joder, ya terminó", como recoge en su libro de memorias.

Años después de aquel sonado enlace, en 2020, los Sussex anunciaban su paso atrás y renunciaban a ser miembros activos de la familia real, una decisión polémica que generó un intenso debate internacional y que se consumó cuando abandonaron Londres y se instalaron en Montecito, en Los Ángeles. Entonces, el abuelo del príncipe Harry se mostró contrario al Megxit, pero entendió que "la gente tiene que vivir como mejor le parece", tal y como recogió el diario The Sun citando al biógrafo Gyles Brandreth.

Cuando Grant Harrold comenzó a trabajar de mayordomo para los Windsor, Carlos y Camila aún vivían separados. El entonces príncipe de Gales y su novia se casaron en 2005 en una boda que el asistente recuerda así: "Carlos estaba más feliz que nunca".