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El día que Antonio Montero fue detenido por fotografiar a Letizia en bikini: "Me quité el bañador y me hice el muerto"


Informalia

Es uno de los paparazzi más reconocidos del panorama mediático español y acumula cientos de anécdotas después de tres décadas de carrera. Antonio Montero, casado con Marisa Martín Blázquez, podría escribir un libro sobre sus aventuras entre los arbustos, pero mientras lo piensa las va compartiendo en sus visitas a Tardear. Este martes, ha desvelado cómo acabó detenido tras fotografiar a la reina Letizia en bikini.

Montero ha admitido que, durante una época, estuvo completamente obsesionado por captar la imagen de la esposa de Felipe VI en traje de baño. No obstante, era una de las más deseadas (y mejor pagadas) por las revistas. Se fue a Mallorca y comenzó a seguir el barco en el que navegaba la reina, entonces princesa: "Yo llevaba mi maleta y estaba escondido en un barco cuando vino la policía a decir no se acercaran a este lugar. Mientras habla la policía por estribor, yo salto por babor, y cuando el barco arranca, me va tapando y me quedo en medio del mar", comienza su relato.

El reportero actuó rápidamente: "Tenía aletas y una cuerda atada a la maleta con el objetivo. Se me olvidó meter las chanclas e iba con el bañador. Estaba a kilometro y medio y cuando llego a tierra no podía subir a Cabrera porque es una zona escarpadísima", ha recordado. "Encontré un sitio para esconder las aletas, trepé, me quité el bañador, porque era cantoso, y me quedé desnudo, como Dios me trajo al mundo". Sin embargo, sus tretas no le sirvieron en esta ocasión: "Los escoltas pasaban con zodiac y escucho 'Oye, que hay un tío ahí tirado en las piedras'. Y dicen '¿Está muerto?'. Así que me hice el muerto y empezaron a dar voces", ha recordado entre risas.

Pero la odisea de Montero no terminó ahí porque los escoltas de Letizia se acercaron a él: "Entonces levanté las manos y dije 'No estoy muerto, soy Montero'. Me vieron en pelotas y me puse el bañador… Me llevaron detenido a un barco de la Guardia Civil". Aquí, ya no hubo escapatoria: "Había como diez guardia civiles y me hicieron vaciar la tarjeta de la cámara y me borraron todas las fotos. Me dijeron que me buscara la ida para irme y me fui con el nieto de Joan Miró, que estaba por allí. Al tipo este, al día siguiente, le registraron su casa".