Casas Reales
La nueva hipótesis sobre Margarita de Inglaterra que sacude a los Windsor: ¿una infancia marcada por síndrome de alcoholismo fetal?
- La afición de la Reina Madre al alcohol podría haber afectado a la salud de la princesa Margarita
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Informalia
Una biografía no autorizada promete reavivar la polémica en torno a la familia Windsor. La veterana escritora Meryly Secrest ha escrito una biografía de la princesa Margarita —hermana pequeña de Isabel II— en el que señala que podría haber sufrido el síndrome de alcoholismo fetal. La causa estaría, según la autora, en el consumo habitual de alcohol por parte de su madre, la Reina Madre Isabel, durante el embarazo. El diario británico The Telegraph ha adelantado los detalles más controvertidos de este libro que verá la luz el próximo 26 de agosto.
Margarita de Inglaterra pasó a la historia como una de las royals más mediáticas e indomables de la realeza británica. Su afición a la vida nocturna y su carácter poco dado a la disciplina que impone la institución, siempre fue la sombra de su hermana, la reina Isabel II. Sin embargo, según Secrest, algunos de esos rasgos estarían motivados por una posible condición neurológica derivada de la exposición prenatal al alcohol.
El libro —se presenta como una investigación minuciosa sobre los claroscuros de la princesa— recoge testimonios y observaciones que encajan con los síntomas asociados a este síndrome: dificultades de aprendizaje, impulsividad, baja estatura, episodios de descontrol emocional y problemas de salud recurrentes, como las migrañas. Aunque en los años 30 aún no se conocían los efectos del alcohol durante la gestación, la autora sostiene que el consumo continuado de la Reina Madre durante el embarazo podría haber tenido consecuencias en el desarrollo de su benjamina.
De hecho, según confesó su prima, Margaret Rhodes, la madre de la futura reina mantenía una rutina diaria a base de alcohol: ginebra con Dubonnet antes del almuerzo, vino durante la comida, un martini antes de la cena y champán antes de acostarse. Es más, la biógrafa apunta que la princesa Margarita pudo haber nacido con una "discapacidad invisible" que terminó moldeando su forma de relacionarse.