Casas Reales

Letizia, centro de atención de todas las miradas en Roma y el Vaticano: los detalles de su vestimenta


Sara Tejada

Roma vuelve a convertirse en el epicentro de la atención internacional con motivo de la misa inaugural del pontificado de León XIV, el primer papa estadounidense. Al igual que ocurrió hace apenas unas semanas durante el solemne funeral de Francisco, miles de fieles y decenas de delegaciones oficiales se han dado cita en la Plaza de San Pedro para asistir a este momento trascendental para la Iglesia Católica. Entre los asistentes, una figura ha captado especialmente las miradas: la reina Letizia.

Acompañando a Felipe VI, la reina ha encabezado la representación española en la ceremonia, y lo ha hecho luciendo un conjunto que no ha pasado desapercibido ni entre el público ni entre los medios internacionales. Frente al riguroso negro que vistió en el funeral papal, en esta ocasión Letizia ha optado por un sofisticado conjunto blanco, en consonancia con el llamado Privilegio del blanco, la antigua prerrogativa que solo unas pocas reinas católicas pueden ejercer en presencia del Papa.

Letizia ha confiado por primera vez en un diseño de Redondo Brand, la firma del español Jorge Redondo

Para este significativo acto, Letizia ha confiado por primera vez en un diseño de Redondo Brand, la firma del español Jorge Redondo, que ha vestido a figuras tan reconocidas como Isabel Preysler, Naty Abascal o Nieves Álvarez. Se trata de un vestido blanco de corte midi, elegante y sobrio, que ha combinado con una mantilla del mismo color, un bolso de mano y unos zapatos de tacón en tono ocre, aportando un sutil contraste cromático al conjunto. La elección de la mantilla blanca añade un elemento de especial simbolismo. Esta es la primera vez que Letizia utiliza una desde su boda con el rey Felipe en mayo de 2004, cuando deslumbró con un velo bordado que aún se recuerda como uno de los momentos más icónicos de su estilo. Su reaparición en este contexto litúrgico ha sido interpretada como una muestra de respeto, elegancia y profundo conocimiento del protocolo vaticano.

El llamado Privilegio del blanco permite a determinadas reinas católicas vestir de este color en presencia del Sumo Pontífice, algo que en el protocolo general está reservado al negro. Solo lo ostentan, además de Letizia, Matilde de Bélgica, Charlène de Mónaco y María Teresa de Luxemburgo. También pueden ejercerlo la reina Sofía y Paola de Bélgica, aunque ninguna de ellas ha asistido a esta misa inaugural.

Más allá de su indumentaria, la presencia de Letizia en esta ceremonia simboliza la continuidad de los lazos históricos entre la monarquía española y la Santa Sede. Su actitud serena y su cuidada imagen refuerzan una vez más su papel como figura clave de la diplomacia blanda española, capaz de conjugar modernidad y tradición en un contexto de enorme visibilidad internacional.

Los Reyes no han estado solos. Al igual que en el funeral de Francisco, la delegación española ha contado con la presencia de las vicepresidentas del Gobierno, Yolanda Díaz y María Jesús Montero; el ministro de Presidencia, Félix Bolaños; y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. Todos ellos han posado juntos antes de dirigirse hacia la Plaza de San Pedro, mostrando una imagen de unidad institucional en un acto de especial relevancia para la comunidad católica mundial. La misa, marcada por la solemnidad del rito y la presencia de líderes de todo el planeta, ha supuesto la presentación oficial del nuevo Pontífice como cabeza visible de la Iglesia. Pero en un entorno en el que cada detalle cuenta, la imagen de Letizia ha vuelto a ocupar titulares y flashes, dejando una vez más constancia de su dominio del protocolo y de su impecable estilo. Con esta aparición, la reina no solo ha consolidado su lugar entre las figuras más elegantes del panorama internacional, sino que ha reafirmado, con delicadeza y presencia, el peso simbólico de la monarquía española en los grandes escenarios del mundo.