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Por qué la demanda de Juan Carlos I contra Revilla es un boomerang mediático y judicial contra el antiguo monarca


Informalia

La demanda de Juan Carlos I contra el expresidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha puesto en el centro del debate público una vez más los polémicos aspectos de la vida del antiguo monarca. A través de su abogada, Guadalupe Sánchez, Juan Carlos I ha solicitado una indemnización de 50.000 euros por los "daños morales" que considera haber sufrido debido a unas expresiones de Revilla, quien lo calificó de "evasor fiscal" y "delincuente fiscal" en varios programas televisivos entre 2022 y 2025.

Sin embargo, lejos de ser una victoria jurídica asegurada para el Emérito, este litigio puede tener efectos negativos para el demandante. Un juicio de estas características no solo resucitará los escándalos fiscales que salpicaron a Juan Carlos I en los últimos años, sino que también podría ofrecer al expresidente cántabro la oportunidad de exponer públicamente documentación comprometedora sobre la gestión financiera del monarca, lo que podría agravar aún más su imagen pública.

La exposición se amplifica aún más con demandas como esta. En este caso, la demanda de Juan Carlos I contra Revilla tiene todos los ingredientes para convertirse en un boomerang mediático que reavive, una vez más, las polémicas de su reinado y abdicación.

El litigio se centra en la figura de Revilla como portavoz de las acusaciones contra el exmonarca. A lo largo de los últimos años, el político cántabro ha sido un férreo crítico de Juan Carlos I, especialmente en relación con sus presuntas actividades fiscales ilícitas. Por ejemplo,en 2022 Revilla aseguró que Juan Carlos I había "trincado, por lo menos, cien millones de euros" y que era un "evasor fiscal". Estas declaraciones fueron acompañadas de un tono rotundo que, aunque no tiene una sentencia judicial que respalde sus acusaciones, continúan alimentando el imaginario colectivo sobre la corrupción del antiguo rey.

Si el caso llega a juicio, Revilla podría tener la oportunidad de presentar pruebas documentales, como las investigaciones fiscales archivadas en 2022 por la Fiscalía Anticorrupción y la Fiscalía del Tribunal Supremo, que detallaron cómo Juan Carlos I ocultó más de 85 millones de euros en cuentas bancarias en Suiza y en fundaciones en Panamá. Además, Revilla podría solicitar que testigos clave de esas investigaciones, como el empresario Allen Sanginés-Krause, comparezcan en el juicio.

La investigación fiscal sobre Juan Carlos I

La Fiscalía Anticorrupción, que inició una investigación en 2018 sobre los fondos ocultos de Juan Carlos I, concluyó que el monarca había ocultado más de 85 millones de euros, pero no se le podía procesar debido a la inviolabilidad que le confería su estatus de jefe de Estado hasta 2014. Asimismo, los delitos fiscales cometidos antes de 2012 estaban prescritos, lo que motivó el archivo del caso en 2022. Sin embargo, los detalles de la investigación y las irregularidades fiscales del monarca siguen siendo un tema candente en la opinión pública.

Una de las pruebas más relevantes que podría resurgir en el juicio es el hecho de que la Fundación Lucum, vinculada a Juan Carlos I, fue utilizada para ocultar una parte importante de los fondos. También se conoció que el exmonarca recibió pagos de empresarios como Sanginés-Krause, quien cubrió gastos y viajes por un millón de euros entre 2016 y 2019, o que la Fundación Zagatka, creada por su primo Álvaro de Orleans, pagó vuelos privados por ocho millones de euros entre 2014 y 2018.

Estos elementos no solo pueden complicar la defensa de Juan Carlos I, sino que ya están siendo recuperadas por los medios y los telediarios de la grandes cadenas abrían con estas polémicas gracias a la "percha" proporcionada por el anuncio de demanda.

Por otra parte, si se admiten hechos ya expuestos como pruebas en el juicio, podrían reavivar los escándalos que ha intentado dejar atrás Juan Carlos I. La estrategia de demandar a Revilla podría, por tanto, resultar contraproducente, ya que expone al antiguo monarca a una nueva exposición mediática sobre sus finanzas, un tema que sigue siendo altamente sensible.

El proceso legal y las implicaciones para el Emérito

La demanda presentada por Juan Carlos I no es una querella por calumnias, sino una demanda civil por "vulneración del derecho al honor". De salir adelante, Revilla tendría que demostrar que sus declaraciones sobre el monarca son falsas o que carecen de fundamento, lo que podría ser complicado dada la documentación publicada en medios de comunicación y los archivos de la Fiscalía.

A pesar de ser un proceso civil, no penal, este litigio podría dar lugar a un juicio en el que se presenten pruebas, y, si el juez lo considera pertinente, incluso se podría citar a declarar a los testigos o expertos involucrados en las investigaciones fiscales sobre Juan Carlos I. El hecho de que Revilla haya sido tan explícito en sus declaraciones podría abrir la puerta a que estos documentos salgan a la luz en un contexto judicial.

Un riesgo innecesario para Juan Carlos I

La decisión de Juan Carlos I de demandar a Miguel Ángel Revilla podría tener consecuencias inesperadas. En lugar de cerrar la puerta a las acusaciones sobre sus finanzas, este litigio podría abrir un nuevo capítulo en la exposición mediática de su reinado y abdicación. Si el juicio llega a celebrarse y se presentan las pruebas fiscales, la figura del antiguo monarca podría verse aún más empañada, resucitando los escándalos que intentó dejar atrás.

Por lo tanto, el intento de Juan Carlos I de defender su honor mediante esta demanda podría acabar siendo un boomerang mediático que, lejos de proteger su imagen, la exponga aún más. Al final, la batalla legal contra Revilla podría resultar más dañina para la reputación del exmonarca que cualquier declaración del político cántabro. No obstante es evidente de Juan Carlos I ha buscado mayor notoriedad pública en los últimos tiempos: bien anunciando una biografía que después no ha sido publicada o bien celebrando cumpleaños en Abu Dabi con grandes fiestas y entregando el material gráfico a Hola para que llevara a su portada al antiguo Monarca. Zarzuela se apresuró este martes a distanciarse y remarcar que no tiene nada que ver y que don Juan Carlos ha actuado a título personal. Mientras tanto, su ex amantes, como Bárbara Rey o Corina Larsen, van a platós, cuentan sus experiencias y hasta hacen series y podcast con el show.