Juan Carlos I atendió a su amigo Pedro Campos la víspera de su 87 cumpleaños tras sufrir un accidente cerebrovascular

Juan Carlos I guardará los mejores recuerdos de la celebración de su 87 cumpleaños, este pasado 5 de enero, pero también una enorme preocupación por la salud de Pedro Campos, su mejor amigo, de la que está muy pendiente después de que tuviera que ser hospitalizado en Abu Dabi. El sábado 4 de enero, víspera del evento, los invitados se instalaban en el Emirates Palace, uno de los mejores hoteles del mundo y donde iba a tener lugar la fiesta del emérito horas después. Pero algunos asistentes notaron algo raro en la actitud de Pedro Campos, anfitrión del emérito en Sanxenxo y compañero desde hace años de las regatas en la que participaba Juan Carlos I ya en Mallorca y ahora en Galicia.

En Sanxenxo tiene Campos su residencia y es ahí donde se aloja el emérito cuando viaja al precioso pueblo de la costa de Pontevedra. Pero ese sábado 4 de enero Pedro Campos, de 75 años, estaba en Abu Dabi junto a su mujer y con decenas de invitados al 87 cumpleaños de su amigo. Cuando varios de ellos se dieron cuenta de la actitud un tanto errática de Pedro Campos, advirtieron a los médicos del rey, presentes en Abu Dabi, de que algo preocupante estaba ocurriendo. Entonces, Campos fue trasladado de urgencia a la mejor clínica privada de Abu Dabi, donde vieron que, probablemente a consecuencia de un golpe o una caída, había sufrido un accidente cerebro vascular o un traumatismo cerebral, del que fue operado de inmediato. Así que el mejor amigo de Juan Carlos I pasó el cumpleaños del rey emérito en la UVI, mientras el resto de los invitados disfrutaban de la fiesta. Sin embargo, don Juan Carlos estuvo y está pendiente en todo momento de la evolución de su compañero de regatas y el hombre que le acoge en cada visita a España.

A este aniversario del anterior Monarca asistieron, como adelantó Informalia, sus hijas, varios nietos y muchos amigos, pero se han publicado listas de invitados que ni estaban ni se les esperaba. De entrada, Marta Gayá, la antigua amante mallorquina del rey, cuya presencia es inimaginable en una fiesta familiar. Ella estaba ese día en Suiza, donde vive parte del año, nos cuenta su familia. Tampoco estaban ni fueron invitados Fernando Almansa o Rafael Spottorno, máximos responsables en su día de la Casa del Rey. No actuaron ni estaban contratados, como se ha dicho, el dúo sevillano Los del Río, que sí habían cantado el año pasado. En Abu Dabi estaban esos amigos del rey que nunca le han fallado. Hay otros, como Alberto Alcocer o Juan Abelló, antiguos colegas de cacerías y cenas de verano. Dicen que cuando los necesitó le fallaron. Ahora se han caído de la lista.