Casas Reales
La reina Camila cancela un acto oficial 'in extremis' y saltan las alarmas: "Apenas tiene energía"
- Buckingham Palace emite un nuevo comunicado ampliando la baja de la consorte real, que arrastra una infección respiratoria desde hace semanas
Pilar Fernández
La enfermedad no le da tregua a la esposa de Carlos III, que arrastra desde hace semanas una infección respiratoria por la que tuvo que guardar reposo durante días. Retomó su agenda pero no estaba lista para la actividad y Buckingham se vio obligado a emitir un comunicado informando de una recaída. Este lunes, la historia se ha repetido: el palacio ha anunciado que la reina Camila no estará presente durante la recepción del emir de Qatar y su esposa, que habían sido invitados por el rey Carlos III en un viaje de Estado. Una ausencia que manifiesta, una vez más, el complicado momento que atraviesan los Windsor.
"Su Majestad ha tenido una infección viral en el pecho que, como no es raro en estos casos, sigue teniendo algunos efectos secundarios persistentes, en particular dejando a Su Majestad con reservas de energía significativamente reducidas. Como resultado, los médicos han recomendado algunos ajustes al programa SV para HMQ, como sigue: Su Majestad no asistirá a la ceremonia de llegada en Horse Guards, pero asistirá al Almuerzo de Llegada en BP", reza la misiva.
Un portavoz de palacio ha añadido que la consorte real, de 75 años, tiene las "reservas de energía significativamente reducidas" y los médicos han prescrito reposo y aislamiento, por lo que su presencia en la agenda real no será eliminada pero sí notablemente reducida. Mientras, Carlos III, de 73 años y enfermo de cáncer, seguirá haciendo frente a sus obligaciones reales con la escasa ayuda de su hijo, el príncipe Guillermo, más volcado ahora en su faceta de padre de familia desde que Kate Middleton finalizó su tratamiento de quimioterapia.
Preocupación 'in crescendo'
El 2024 está siendo un Annus Horribilis para la familia Windsor en lo que a salud se refiere. Primero fue Kate Middleton quien, tras un breve ingreso para someterse a una "intervención organizada", anunció que padecía cáncer y que cancelaba su agenda para centrarse en su tratamiento médico y recuperación. Poco después, su suegro, Carlos III, seguía los pasos: diagnosticado de cáncer, causaba baja al frente de la Corona y dejaba la representación en manos de su hijo y su esposa.
Desde el palacio han mantenido la máxima del silencio y no han querido desvelar detalles sobre dichas enfermedades ni tampoco sobre los tratamientos que han seguido ambos pacientes, una actitud que ha generado malestar, confusión e indignación. Muchos afirman que la razón es la gravedad de la situación: "El rey no está libre de cáncer y su estado es complicado. Es bastante serio lo que tiene".
Sobre la infección que sufre Camila, y de la que Buckingham tampoco desvela datos significativos, aseguran: "Ella está sometiéndose a pruebas. Están a la espera de la infección. Las pruebas son confusas y, por eso, hasta que no este todo listo, es difícil saber si es algo más serio".