Los Reyes de Dinamarca no hacen vida conyugal desde las fotos con Genoveva Casanova y el matrimonio es "un montaje", según la prensa alemana
Informalia
La prensa del corazón vuelve a sacudir los cimientos de la realeza danesa. Según la revista alemana Bunte, el matrimonio entre Federico y Mary de Dinamarca sería poco más que un montaje cuidadosamente elaborado para mantener la fachada de estabilidad en la Casa Real. Esta afirmación se suma al escándalo que desde hace un año persigue a los monarcas, especialmente desde la publicación de unas comprometedoras fotografías del entonces heredero al trono en compañía de la mexicana Genoveva Casanova.
El huracán Genoveva: un escándalo que no se olvida
En el otoño de 2023, Dinamarca fue testigo de un terremoto mediático cuando salieron a la luz imágenes de Federico, ahora rey, paseando por Madrid junto a Genoveva Casanova, ex esposa de Cayetano Martínez de Irujo. El monarca pasó la noche en la casa de la mexicana, que ejerció de su anfitriona en calidad de amigos, como ella sostuvo.
En el ojo del huracán, Mary de Dinamarca optó por una postura de apoyo público a su esposo. Sin embargo, las tensiones eran palpables. Su expresión en los actos oficiales transmitía una mezcla de cansancio y contención, mientras que los rumores sobre un posible divorcio ganaban fuerza. A pesar de las especulaciones, la Casa Real implementó una estrategia mediática para disipar las dudas. Federico asumió el trono tras la abdicación sorpresa de su madre, la reina Margarita, un movimiento que, según analistas, buscaba redirigir la atención hacia la continuidad institucional.
Un matrimonio en entredicho
Aunque la tormenta pareció amainar en los meses posteriores, las supuestas grietas en el matrimonio de Federico y Mary no han dejado de alimentar titulares. Ahora, Bunte lanza una nueva acusación: el matrimonio es una mera fachada. Según la publicación, los reyes habrían dejado de hacer vida conyugal tras el escándalo de Genoveva Casanova.
El argumento principal de la revista se basa en la frialdad que han mostrado en ciertos momentos, contrastada con gestos de afecto que consideran demasiado ensayados. Durante un reciente viaje oficial a Copenhague, Federico y Mary se mostraron inusualmente cercanos ante las cámaras. El rey llegó a tomar la mano de su esposa en varias ocasiones de manera enfática, lo que Bunte describe como un intento desesperado por reforzar una imagen de unidad que muchos consideran rota.
"Casi como si quisieran demostrar a toda costa que siguen unidos, pero no lograron zanjar las acusaciones actuales de montaje", afirma la revista alemana.
Vacaciones por separado: ¿una señal de distanciamiento?
Otra de las pruebas que Bunte utiliza para respaldar su teoría es la decisión de ambos de tomarse vacaciones por separado. Mary, por su parte, viajó a su natal Australia, donde fue fotografiada disfrutando de la playa sin la compañía de su esposo. Las imágenes la muestran relajada y sonriente, lejos de los problemas que parecen acechar su vida personal.
Federico, por otro lado, optó por una escapada al castillo de Berleburg, propiedad de su primo y confidente Gustav Sayn-Wittgenstein-Berleburg. Allí pasó un fin de semana dedicado a la caza y a conversaciones privadas, lo que para algunos apunta a la necesidad del rey de buscar refugio lejos de las tensiones conyugales.
Estas decisiones han generado especulaciones sobre un posible distanciamiento emocional. Aunque la realeza suele tomarse periodos de descanso por separado, en este caso, el contexto de la polémica amplifica el significado de estos viajes individuales.
Una fachada cuidadosamente construida
Desde que estalló el escándalo, Federico y Mary han trabajado para proyectar una imagen de normalidad. Sin embargo, las afirmaciones de Bunte sugieren que esta estrategia no sería más que un intento de preservar la estabilidad de la monarquía danesa. En el contexto europeo, donde varias Casas Reales enfrentan retos similares, la apariencia de unidad es un pilar fundamental para mantener la confianza del pueblo.
No obstante, esta narrativa podría estar desmoronándose. La prensa internacional ha comenzado a cuestionar la autenticidad de la relación entre Federico y Mary, especialmente a raíz de las fotografías con Genoveva Casanova y los gestos estudiados que han caracterizado sus apariciones públicas.
El peso de la opinión pública
El escándalo de Federico y Mary pone de relieve el delicado equilibrio que las monarquías deben mantener entre tradición y modernidad. Aunque las infidelidades y tensiones matrimoniales no son nuevas en la historia real, el escrutinio mediático actual convierte cualquier error en un asunto de dominio público.
En Dinamarca, el pueblo ha mostrado, en general, apoyo hacia Mary, quien ha sido vista como una figura estoica frente a la adversidad. Por su parte, Federico parece cargar con el peso de las acusaciones, algo que podría afectar su popularidad a largo plazo.
Un futuro incierto
Aunque la Casa Real no se ha pronunciado oficialmente sobre las afirmaciones de Bunte, las especulaciones continúan creciendo. El matrimonio de Federico y Mary, que alguna vez fue considerado un ejemplo de modernidad y estabilidad, parece estar en una encrucijada.
¿Lograrán los monarcas superar esta crisis y reconstruir la confianza del público? O, como sugiere la revista alemana, ¿es este el principio del fin para una relación que ya solo existiría en apariencia?
El tiempo dirá si el trono danés es capaz de resistir las embestidas de la tormenta mediática. Por ahora, la historia de Federico y Mary de Dinamarca sigue siendo un recordatorio de que, incluso en la realeza, la imagen pública y la vida privada pueden estar peligrosamente entrelazadas.