Casas Reales

Mette-Marit, citada a declarar tras las acusaciones de abuso y violencia contra su hijo Marius


Informalia

La situación se complica en Noruega. El hijo de Mette-Marit, fruto de una relación anterior al matrimonio con el príncipe Haakon, está acusado de haber agredido a varias mujeres. Las denuncias se hicieron públicas hace ya tres meses, cuando Marius Borg fue detenido por primera vez tras destrozar el apartamento de su ex novia en Oslo. Tras pasar la noche en el calabozo, emitió un comunicado reconociendo tener problemas de adicciones a varias sustancias desde hace años. Sin embargo, aquello solo fue el principio de la tormenta que estaba por venir: a las primeras acusaciones se suman ahora delitos por robo, posesión de sustancias ilegales, fiestas desmadradas en las dependencias reales, coches estampados contra muros... La situación es grave y la policía ha llamado a interrogar a su madre, la princesa Mette-Marit.

Hay que recordar que la princesa, de 51 años, sufre una fibrosis pulmonar crónica que le ha obligado a reducir considerablemente su presencia en la agenda institucional. El estrés es un potente agravante para su enfermedad y la pasada semana, en pleno escándalo, la Casa Real anunció su baja médica indeterminada. No obstante, la esposa de Hakoon de Noruega tendrá que interrumpir su descanso en los próximos días, pues la policía la ha citado formalmente para ser interrogada.

Y eso no es todo. Mette-Marit siempre se ha mantenido al lado de su hijo y lo ha apoyado en sus momentos más difíciles, pero la situación es suficientemente grave como para que su esposo, heredero al trono, haya tomado la decisión de apartarlo de la Corona y prohibir su entrada a la residencia privada de los príncipes en Skaugum.

Mientras, la indignación de los ciudadanos crece y la popularidad de la familia real cae en picado. Marius, desde luego, no está ayudando a calmar la situación. En los últimos días, su comportamiento soberbio y altivo ha ocupado las portadas de los medios y este lunes ha sido captado saliendo de un supermercado con un pack de seis cervezas. Cuando ha visto a los fotógrafos, les ha dedicado una peineta. Su falta de arrepentimiento y su negativa a ingresar en un centro de desintoxicación son toda una provocación. El tono de su primer comunicado ya es historia: "El fin de semana pasado sucedió algo que nunca debería haber sucedido. Cometí lesiones corporales y destruí objetos en un apartamento en estado de ebriedad tras haber consumido alcohol y cocaína después de una discusión. Tengo varios trastornos mentales, lo que significa que a lo largo de mi infancia y de mi vida adulta he tenido y sigo teniendo varios desafíos. He luchado contra el abuso de sustancias durante mucho tiempo, algo por lo que he estado en tratamiento en el pasado. Ahora retomaré este tratamiento y lo tomaré muy en serio", manifestó.