Casas Reales
Isabel II sufrió cáncer de huesos antes de morir: Boris Johnson destapa su secreto en sus memorias
- El ex primer ministro británico asegura que la reina "sabía que iba a morir" debido a esta enfermedad
- La primera imagen de Kate Middleton tras finalizar su tratamiento contra el cáncer
Informalia
Boris Johnson prepara la publicación de sus memorias, y en ellas hay datos muy reveladores no solo sobre su persona, sino también sobre la Casa Real británica. En un momento en el que la familia real se ha visto acechada por el cáncer, enfermedad de la que en estos meses se han estado tratando Carlos III y Kate Middleton, el ex primer ministro británico ha contado que Isabel II padeció cáncer de huesos.
La prensa británica se ha hecho eco de algunos extractos de esta autobiografía, prestando especial atención a la realidad que, según el expolítico, atormentaba los días de la madre del actual rey de Inglaterra. Dos años después del fallecimiento de Isabel II, el testimonio de Johnson pone en entredicho los motivos por los que supuestamente esta perdió la vida en Balmoral, a los 96 años: no murió "por causas naturales", sino que detrás de su situación había algo más.
Después de que otras voces del Partido Conservador declararan que la reina tenía cáncer, el ex primer ministro asegura que la monarca era consciente de que le quedaba poco tiempo de vida por la enfermedad que, en palabras de este, sufría. En sus memorias relata cómo fue su último encuentro con ella, dos días antes de su fallecimiento. "Edward Young, su secretario privado, trató de prepararme", avanza.
"Parecía pálida, estaba más encorvada y tenía moretones"
"Sabía desde hacía un año o más que tenía una patología de cáncer de huesos, y sus médicos estaban preocupados de que en cualquier momento pudiera entrar en un declive brusco", dice Johnson, tal y como recoge la revista Newsweek. "'Ha empeorado bastante durante el verano', dijo. Y luego el secretario llamó a la puerta y me hizo pasar al salón de Su Majestad", añade.
"'Buenos días, Primer Ministro', dijo la monarca, y cuando nos sentamos uno frente al otro en los sofás de color azul verdoso, pude entender de inmediato lo que Edward quería decir. (...) Parecía pálida y más encorvada, y tenía moretones oscuros en las manos y las muñecas, probablemente de goteos o inyecciones", expresa el expolítico británico. "Pero su mente, como Edward también había dicho, estaba completamente intacta por su enfermedad y de vez en cuando en nuestra conversación todavía mostraba esa gran sonrisa blanca con su repentina belleza que levantaba el ánimo", subraya. "Como Edward Young me explicó más tarde, ella lo sabía todo (sobre su enfermedad). El verano que se iba a morir, pero estaba decidida a aguantar y cumplir con su último deber: supervisar la transición pacífica y ordenada de un gobierno al siguiente, y, esperó para añadir otro primer ministro saliente a su récord", sentencia. Un relato sobre el que la Casa Real no se ha pronunciado.