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La mujer de González, relacionada con Panamá, ha cobrado el paro dos años

  • Mar García Vaquero se acogió a un Ere de la Caixa

Informalia

En el capítulo de este miércoles de la novela por entregas titulada 'Los Papeles de Panamá' le llega el turno a Felipe González. El ex presidente socialista ya ha sonado en este tinglado gracias a su amistad con el empresario Jesús Barderas, residente en la República Dominicana y presuntamente implicado en el caso de los Ere. Pero ahora se incorpora también como consorte al elenco de esta obra coral de la mano de su actual esposa, Mar García Vaquero, última famosa hasta la fecha en llegar al Olimpo de las historias offshore que distraen esta primavera preelectoral.

Si el martes conocíamos que la amiga entrañable del rey emérito, princesa Corinna Sayn Wittgenstein, había tratado de meter su real dinero en Panamá, ahora es la mujer de otro 'emérito' presidente, Felipe González, quien se incorpora al escándalo, que llega a las puertas de la calle Ferraz ya que Felipe y Mar son amigos y salen de cena con Begoña y Pedro Sánchez...

Vaquero empezó a manejar en 2004 una cuenta en Suiza junto a un empresario barcelonés a través de una sociedad registrada en el paraíso fiscal de Niue. Ella y el empresario eran administradores de la empresa española de la entonces pareja de Mar García Vaquero, el empresario Luis García Cereceda, íntimo amigo por cierto de Felipe González e impulsor entre otros muchos negocios de la famosa urbanización de La Finca, en Madrid.

Sin embargo, hoy Felipe y Mar García Vaquero tratan de llevar una vida de apariencia si no humilde, no demasiado ostentosa, un perfil bajo. Sus escapadas a casas de espectaculares por Almería, Marruecos o donde sea tratan de ocultarlas o llevarlas con la mayor discreción.

Nos cuentan que los señores de González viven en un piso digno pero no excesivo en la calle Velázquez de Madrid. Se trata de un apartamento interior situado en el mismo inmueble en el que también tienen propiedades la infanta doña Pilar (¡cielos!) o el cuñado de Mar, el empresario Pedro Trapote, casado con Begoña. Por supuesto, los pisos de doña Pilar y Trapote no son interiores. Aparte del piso en el que viven en Madrid, Abc publicó en 2014 que se habían construido una casa en la finca que compraron al constructor Joaquín Álvarez después de casarse: 49 hectáreas por las que pagaron 425.000 hectáreas situada en Guadalupe (Cáceres). En realidad rehabilitaron la vivienda formaba parte de la finca original. La casa cuenta con 600 metros cuadrados distribuidos en dos plantas.

Lejos quedan, al menos aparentemente, sus memorables exhibiciones a bordo de yates o aquellos días en los que Mar y Felipe se escapaban a la República Dominicana (tan cerca de Panamá) a unos bungalows de lujo, de esos de 2.000 euros al día, junto a Begoña y Trapote. En aquellos días se publicó que además del bungalow ocupado por González y Vaquero los escoltas españoles del ex presidente ocupaban al menos otro, pagado, suponemos por el ministerio del Interior.

Mar García Vaquero ya no sigue al frente de su puesto en La Caixa. Se acogió voluntariamente al ERE que presentó la entidad bancaria hace dos años. Su muy respetable intención es vivir cómodamente su matrimonio con Felipe González. Se casaron en agosto de 2012. Mar, formada como economista, era asesora senior de Banca Privada de La Caixa y cogió una compensación de 45 días por año trabajado y una prima de 4.000 euros cada 5 años de antigüedad (con un máximo de 20.000 euros).

No pudo acogerse a la prejubilación por solo dos años. Hasta hace meses ha estado cobrando la prestación por desempleo.

Mar, de 53 años (20 menos que González), estuvo casada con el padre de sus dos hijas. Tras separarse de él, Mar inició una relación con el empresario Luis García Cereceda, el de La Finca, a través del cual conoció a Felipe González. Una empresa de Cereceda es la que ahora la implica en los Papeles de Panamá.

Aunque ahora está retirada, como gestora personal de banca privada, la mujer del ex presidente es experta en inversiones y maneja perfectamente productos financieros y otros fiscalmente interesantes.