Si hay algún sector con el que la pandemia se ha cebado, ese es el del turismo. Ante la prohibición de los viajes de ocio, los hoteles están cerrados a cal y canto, las aerolíneas han reducido drásticamente su oferta de vuelo y los aeropuertos han cerrado parte de sus instalaciones, por ejemplo, el Adolfo-Suarez Madrid Barajas solo tiene abierta la T4. Estas medidas afectan a todas las empresas que dependen de alguna manera de esta industria y una de ellas ha sido la fabricante europea de aeronaves, Airbus.
La multinacional francesa ha pasado estos últimos meses por muchos altibajos. Una de sus grandes turbulencias vino con las multas por los presuntos casos de corrupción y de tráfico de influencias. Estas sanciones socavaron las ganancias netas del grupo, que cerró 2019 en negativo, a pesar de que su EBITDA – beneficio antes de intereses, impuestos y amortizaciones- estaba cerca de los 4.000 millones de euros.