El Viejo Continente parecía destinado a lidiar con una incertidumbre política que ya afectaba a países del corazón de Europa como Alemania o Francia. Un riesgo que había mantenido a raya a los principales índices europeos y que, conforme se han ido despejando, han catapultado a la bolsa europea, que ya sube aproximadamente el doble que Wall Street en lo que va de año.
Los focos abiertos por el incendio populista son cada vez menores y los analistas consideran que, una vez desprendido del riesgo político, los índices europeos pueden sacar a relucir sus mayores perspectivas de crecimiento.