Las preocupaciones sobre el débil estado de salud de la segunda economía del mundo han terminado por contagiar los mercados financieros, y sobre todo al mercado de crédito, es decir, la renta fija.
El CDS de China (Credit Default Swaps) se encuentra en máximos de 2013. Los seguros de impago de la deuda china, cantidad que se exige para cumplir una inversión de 10 millones de dólares, han superado los 11.900 dólares, lo que se traduce en una subida cercana al 30 por ciento en apenas dos meses. Una cantidad altamente significativa si la enfrentamos con el CDS italiano, donde la presión también se ha dejado sentir, al igual que en el resto de países periféricos. Y es que para asegurar un millón de deuda italiana los inversores exigen 11.660 dólares, una cifra que se ha duplicado en los últimos ocho meses. Por lo tanto, la credibilidad en materia financiera es menor en China que en Italia. Sin embargo, a mediados de agosto la fotografía era bien distinta. Por aquel entonces, para asegurar 10 millones de deuda italiana se exigían 12.929 dólares y 12.493 para la deuda china. ¿Qué hay detrás de tanta contradicción?