Hasta ahora tanto los bonistas como los accionistas han recibido solo alegrías con sus inversiones pero la foto cambia a partir de ahora. Si hay crecimiento, la bolsa es el sitio donde estar.
Sí, España ha sido eliminada del Mundial. Una lástima. Pero eso no quiere decir que la marca España haya agotado también su buena racha de los últimos años. Sobre todo cuando se habla de inversión en esa marca España.
Las reformas anunciadas en los últimos meses por el Gobierno y, sobre todo, el cable del BCE con su política monetaria acomodaticia y sus extraordinarias medidas para fomentar el crédito, han llevado a España a ocupar unos de los primeros puestos en las carteras de los inversores convirtiendo el Pain in Spain tan recurrente en los tabloides de años atrás en el famoso Viva España que Morgan Stanley eligió para titular un informe sobre nuestro país. Un cambio de tendencia que ha hecho posible que hasta ahora haya dado igual invertir en renta fija española o en acciones nacionales y de hecho, ambos activos cotizan en máximos, pero ¿qué pasa a partir de ahora? ¿seguirá el todo vale en España para conseguir rentabilidad en la inversión?
Desde Julius Baer lo tienen claro. "Si tenemos que elegir entre bonos españoles o acciones españolas, elegimos acciones españolas", asegura Alberto Spagnolo, director de inversiones de la firma suiza. De hecho, van más allá ya que pronostican que en los próximos cinco años el Ibex "sobreponderá al Eursotoxx 50 en un 30-50 por ciento".
No son los únicos optimistas con respecto a la bolsa española. De hecho, la última encuesta a gestores publicada por Bank of America Merrill Lynch muestra que el 19 por ciento de los gestores europeos piensa en sobreponderar acciones made in Spain en cartera en los próximos doce meses. No en vano, el alto peso del sector financiero en el Ibex y la esperada recuperación de la economía española pueden convertirle en uno de los índices que más saquen partido de las últimas medidas que ha llevado a cabo el BCE. Y es que, gracias a la caída de la prima de riesgo no solo se consigue que las empresas se financien más barato sino que además, si el BCE consigue si objetivo, su programa de compra de créditos supondrá un impulso al negocio crediticio de la banca, lo que sin duda se reflejará en sus cuentas. "La vuelta al crecimiento de España favorece a los mercados de renta variable que, además, se benefician de las caídas en la prima de riesgo (?) pero si no se producen un aumento importante de los beneficios, las valoraciones se situarán en niveles muy exigentes", aseguran desde Banca March, lo que pone sobre la mesa la idea de una corrección a corto plazo que sirva para purgar algún que otro exceso antes de retomar las subidas.
De momento, los analistas del consenso que recoge Factset ya han empezado a mejorar las valoraciones de las compañías españolas ya que en el último mes las compañías del Ibex han recibido 50 valoraciones positivas en su precio objetivo frente a 33 negativas.
Pero ¿qué pasa con el bono? ¿Es momento de vender? "Existen oportunidades pero los bonos españoles deben empezar a ser considerados de forma similar a otras curvas de bonos públicos, es decir con riesgo duración y expectativas de inflación", afirma Jean Mèdècin, miembro del Comité de inversiones de Carmignac. Es decir, no hay que ponerse drásticos ni empezar a deshacer posiciones ya que aún cotizan por encima de la inflación. "Con una inflación baja y los tipos de interés bajos la deuda periférica sigue siendo una buena opción", afirmaba recientemente Richard Woolnough, gestor de M&G Optimal Income, aunque advierte de que "no se pueden esperar las rentabilidades del pasado".
Es decir, quien tenga bonos españoles conseguirá rentabilidades reales positivas mientras no haya amenazas inflacionistas pero no serán como para tirar cohetes. Si se quieren fuegos artificiales, la bolsa es el sitio donde estar, aunque para ello haya que dejar en el banquillo la aversión al riesgo tan característica del inversor español.