En el año, la demanda por el metal precioso subió un 12%. Sin embargo, y aunque la situación del mercado favorece la revalorización del oro, las caídas de más del 6% en las últimas sesiones animan a la reflexión.
Lo que está claro es que la propia subida que ha experimentado el oro -lleva cerca de 10 años al alza-, el miedo que genera la crisis soberana y la incertidumbre sobre la economía EEUU y China, son los mejores avales para que el metal siga su recorrido alcista.