Enero acaba un mes en el que muchos bonos soberanos han marcado récords históricos. Grecia ha sido el país que se ha salido de esta foto después de la victoria de Syriza en las elecciones.
La victoria de Syriza en las elecciones del pasado domingo provocó que la deuda griega viviese su peor semana desde mayo de 2012. Ni siquiera el dopaje de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) consiguió mitigar la huida de inversores del país. La rentabilidad del bono a 10 años se disparó 276 puntos básicos hasta el viernes, con continuos tirones a medida que las posturas entre Atenas y Bruselas se alejaban. Este avance, el más acusado en casi tres años, llevó a la rentabilidad del título por encima del 11%, el nivel más elevado desde julio de 2013.