El euro ha vivido su segunda jornada a la baja. Esta vez han sido las palabras de Peter Praet, miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, lo que ha hecho caer a la moneda única hasta los 1,13 dólares, tras dejarse un 1,13%.
El declive de los precios de las materias, el estancamiento del crecimiento de la economía global y las turbulencias bursátiles provocadas por China ponen en peligro el objetivo inflacionario de las autoridades europeas. Un cúmulo de condiciones adversas que han llevado a Praet a anunciar que el BCE está dispuesto a prolongar el programa QE "si fuera necesario", según recoge Bloomberg.