Después de la tormenta en la que se ha convertido la zona euro en las últimas semanas, parece que las aguas se calman. Situación que ha sido aprovechada por la moneda única, que ha llegado a los 1,4477 dólares.
La intervención del BCE en los mercados de deuda de los países periféricos, unido a las reformas in extremis que se han llevado a cabo en algunos países parece haber tranquilizado a los mercados.