El euro se ha mantenido en 1,12 dólares al cierre de la que ha sido su peor semana desde junio, coincidiendo con el Brexit, al dejarse cerca de un punto porcentual frente al dólar.
El discurso que ha pronunciado Janet Yellen este viernes en Jackson Hole ha sido mirado de cerca por los inversores ya que podría dar pistas sobre cuándo piensa la entidad que preside subir los tipos de interés. Una vez conocidas sus palabras optaron por las ventas de euro ante una próxima subida del precio oficial del dinero.
Yellen ha dejado un poco más abierta la puerta a una posible subida de los tipos de interés tan pronto como en su encuentro de septiembre al asegurar que los datos macro justifican más un alza en las tasas. "A la luz de una persistentemente sólida evolución del mercado laboral y nuestra proyección de actividad económica e inflación, creo que la razón para incrementar los tipos de interés federales se ha fortalecido en los últimos meses", dijo la presidenta de la Reserva Federal al mismo tiempo que algunos miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Fed, también apuntaron en la dirección de la necesidad de subir tipos este año.
En este sentido, Victoria Torre, analista de Self Bank, señala que "entre los factores a favor del incremento de tipos están la buena evolución del mercado laboral y la mayor cercanía a los objetivos de inflación, pero la solidez del crecimiento aún no es tan evidente como lo fue en otros ciclos". Con todo ello, la expectativa de subida de tipos en septiembre se vio incrementada en la jornada aunque los analistas encuestados por Bloomberg todavía apuntan de forma mayoritaria a diciembre. Pese a ello,el vicepresidente del banco central, Stanley Fischer, ha apuntado a que el dato de paro de la semana que viene será determinante para una subida en septiembre.
Todo ello se ha producido pocas horas después de que el Departamento de Comercio estadounidense publicara a la baja la revisión del Producto Interior Bruto del segundo trimestre. En concreto, el PIB de Estados Unidos experimentó un crecimiento anualizado del 1,1% en el segundo trimestre, una décima por debajo de la primera estimación del dato.
La reacción del euro no se hizo esperar y recibió la noticia con euforia revalorizándose hasta un 0,5% para después pasar a las pérdidas y al cierre colocarse ligeramente por encima de los 1,12 dólares. Algo que contribuyó a que el saldo semanal haya sido negativo con un descenso cercano al 0,9%, su peor semana desde el pasado mes de junio.