El euro no escapó de las tensiones de las negociaciones del Eurogrupo y los inversores prefirieron apostar por otras divisas y le arrastraron hasta quedar por debajo de los 1,12 dólares.
El euro cerró la semana en 1,11 dólares, con una caída del 1,77%. La explicación de esta bajada no fue otra que la convulsa situación de Grecia. La moneda única vivió una semana mixta y solo logró imponerse al franco suizo y a la corona sueca y se mantuvo plano frente a la corona danesa.