Después de consolidar posiciones durante varios meses, dentro de lo que tiene visos de haber sido una clásica bandera, el Nikkei consigue batir resistencias que presentaba en los 18.000 y en los 18.300 puntos, algo que plantea un escenario de continuidad de la tendencia alcista que define a lo largo de los últimos años.
Con la superación de los 18.300 puntos el Nikkei consigue batir los altos del año 2007, que es una resistencia histórica, origen de la última gran fase bajista en la principal referencia japonesa. Su ruptura abre la puerta a un definitivo cambio de tendencia en lo que a plazos largos se refiere, que pasa a ser alcista y con objetivos potenciales en próximos años en los 40.000.