Al cierre de la sesión el Nikkei registró una caída del 1,25%, hasta los 8.943,76 puntos, lo que vuelve a situar a la principal referencia japonesa por debajo del nivel psicológico de los 9.000 enteros.
Más allá de eso no hay cambios desde el punto de vista técnico con respecto a lo que venimos señalando estos últimos días.
Seguimos considerando que el tibio rebote de las últimas jornadas es vulnerable y responde más a una reacción por sobreventa que al inicio de algo más serio.
Para pensar que la presión compradora está retomando el control sería preciso que se cerrara el hueco bajista abierto semanas atrás a partir de los 9.300 puntos. Mientras eso no suceda habrá que vigilar atentamente a la zona de soporte de los 8.500 puntos, cuya cesión, tal y como puede verse en el adjunto, confirmaría un patrón bajista que proyectaría al Nikkei por debajo de los 7.000 enteros.