Pendientes de la resolución del Dólar-Yen
El yen es conocido como un activo en el que refugiarse en momentos de alta volatilidad e incertidumbre como el actual.
Pues bien, a mediados de mes el dólar-yen puso a prueba la zona de mínimos de 2016, zona de soporte fundamental de cuyo mantenimiento depende que no abra la puerta a una aceleración de las caídas, algo que no sería un buen síntoma para la renta variable de forma generalizada. Este entorno de los 100/102 yenes por dólar ha frenado en reiteradas ocasiones en los últimos años las caídas, y ahora lo ha vuelto a hacer, por lo que mantiene intactas sus opciones de reestructuración alcista, de apreciación del dólar con respecto al yen.
Desde marzo de 2018 define un canal lateral con sesgo bajista, de cuya resolución estaremos muy pendientes, puesto que su salida del rango puede ser fuerte y podría también aportarnos pistas sobre la renta variable. Superar los 112 yenes por dólar abriría un escenario alcista de cara a próximos meses, pero lo más probable a corto plazo es que retroceda al menos hacia la zona de los 105 yenes por dólar, lo que encajaría con más caídas en las bolsas.
