Santander (SAN.MC) registró ayer destacables caídas que ponen en jaque la posibilidad de haber visto un suelo sostenible en los mínimos de septiembre. Mucho nos tememos que veremos nuevos mínimos decrecientes bajo los 3,39 euros dentro de la tendencia bajista que nació en los máximos de 2018 desde los 5,70 euros, algo que nos indica que esa tendencia se mantiene del todo vigente. Las caídas podrían ir a buscar la directriz alcista que surge de unir los mínimos de 2009 y 2016, que discurre actualmente por los 3,20 euros.
No descartaríamos incluso caídas hacia los 2,95 euros, por lo que aquellos que estén posicionados deben de ser conscientes de los riesgos, riesgos que no se alejarán mientras no recupere al menos los 3,78 euros. En el más corto plazo cuenta con un soporte decreciente en los 3,50 euros, pero eventuales rebotes lo más probable es que sean vulnerables, máxime cuando lo más probable es que la corrección que desarrollan los principales índices de referencia siga tomando cuerpo. Ya perder los 3,55 euros es un signo de debilidad, por lo que por el momento no recomendaríamos tomar posiciones esperando para comprar en las zonas de soporte señaladas, preferiblemente en los 3/2,95 euros por donde discurre la directriz alcista que surge de unir los mínimos de 2012 y 2016, entorno que consideramos fundamental de cara a sus opciones de reestructuración alcista.