Guía de emergencia para conducir con mal tiempo (nieve y hielo)
- Hay que planificar el viaje y rehusar a hacerlo si el coche no está en óptimas condiciones
- Si no se tiene experiencia en montar cadenas, conviene practicar antes de salir
- Se deben llevar, mantas, comida, agua y el depósito lleno
Juan Ferrari
Ante la inminente llegada del primer temporal en pleno otoño –la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha activado avisos en 37 provincias por nevadas, rachas fuertes de viento y lluvias persistentes- Carglass presenta una guía con los mejores trucos y consejos para circular con seguridad en la nieve y para que esta ola de frío no nos coja desprevenidos.
Informarse y planificar. Antes de salir a la carretera en invierno hay que saber qué condiciones climatológicas se puede encontrar. Es muy sencillo consultar en Twitter, en apps, en la radio… Y hay que tener en cuenta no solo la ida, también el viaje de vuelta. Y una vez informados, hay que ponerse en el peor escenario posible, para que una nevada fuerte no nos coja desprevenidos.
Tampoco está de más echarle un vistazo al recorrido a seguir, en qué puntos la cosa se puede complicar (suelen ser en elevaciones y montaña) y tener previstas zonas para parar.
Mantenimiento. Si hay un día en el que el coche puede sufrir una avería es en mitad de un temporal, pues se exige más al vehículo. Así que, si tiene sospechas o sabe que hay algún punto mecánico con fallos manifiestos, mejor no salir de viaje con él. Y con nieve, especial atención a las escobillas y el parabrisas, pues en invierno es cuando más se rompe. Las temperaturas extremas y las diferencias térmicas generan grandes tensiones en los cristales, que si están dañados con un impacto, acaban rajándose.
Los neumáticos. En condiciones difíciles de adherencia es cuando más se nota el desgaste de los neumáticos. Si los de su coche están cerca del final de su vida útil, mejor no salir a la carretea. Los de tipo All Season permiten circular en nieve sin cadenas, y ofrecen un buen agarre longitudinal a la hora de frenar y acelerar.
Cadenas. Solo hay una forma de saber montar cadenas: practicando. Conviene invertir 15 minutos en montarlas en casa antes de salir, para saber cómo se hace. Porque si no sabe hacerlo, es muy complicado montarlas en mitad de un temporal, con las manos congeladas y el coche metido en la nieve. Las de tela duran menos, pero son eficaces y mucho más sencillas de colocar.
Precaución y preparación. Lleva el depósito de gasolina bien lleno, mantas, comida, bebida y una linterna, por si le toca pasar muchas horas atrapado dentro del coche.
Visibilidad. Lo primero para conducir es poder ver a través del parabrisas, de las ventanillas laterales y de la luna trasera. Antes de salir hay que descongelar el parabrisas. Hacerlo con agua muy caliente, o con el aire de la calefacción a temperatura elevada puede provocar su rotura. Carglass recomienda utilizar una rasqueta de plástico, o rociar el cristal con alcohol. No es recomendable accionar los limpiaparabrisas cuando el cristal está helado, pues se dañan las escobillas.
Pendiente de la calzada. Intente comprender la superficie de la carretera y cómo influye en el agarre del coche. La nieve recién caída, por ejemplo, agarra más que cuando está compactada, donde además podrían aparecer placas de hielo. Si no hace mucho frío ni hay demasiada nieve, es mejor seguir las roderas o huellas que van dejando los coches que han pasado por la carretera antes.
Cuidado con las cuestas arriba y abajo.
Pero si ha nevado mucho y las temperaturas caen, la nieve de la rodera estará muy compactada y agarrará menos. En cualquier caso, es mejor salirse de las roderas si hay que hacer una frenada fuerte.
Peraltes, subidas, bajadas. Hay que estar muy atentos a las subidas, bajadas e inclinaciones laterales del asfalto, porque en ellas es más fácil perder el control del coche, que puede desplazarse por inercia hasta parar contra algo. Por otro lado, hay que intentar no detenerse nunca por completo y mantener una inercia que ayude a avanzar. Si se para completamente, reanudar la marcha puede ser muy complicado: mover la dirección, poner algo bajo las ruedas y desconectar los controles de tracción puede ayudarnos.
Prueba. Frena y acelera con más intensidad, de vez en cuando, para comprobar la capacidad de agarre de su coche en cada circunstancia.
Conducción suave y precaución. El consejo general para conducir sobre la nieve es ser suave, tanto con la dirección, como con los frenos y el acelerador. Cualquier brusquedad romperá la precaria adherencia del neumático y provocará un deslizamiento. Hay que ser muy prudente con las velocidades y aumentar la distancia de seguridad con otros vehículos, pues necesitaremos mucho más espacio para detenernos.
En autovía, dos consejos importantes. Hay que mantener libre el carril izquierdo, para que las quitanieves y vehículos de emergencias puedan pasar (incluso nos pueden multar por circular por ese carril). Y cuidado con los puentes: es donde primero se acumula la nieve y donde más fría está.
Ver y ser vistos. La visibilidad con la nieve es muy inferior, por lo que debemos asegurarnos que las luces del coche, que deberán llevarse en todo momento, funcionan correctamente. Recuerde que con el tiempo, pierden poder lo que implica que dan menos luz y son peor vistos por otros conductores.