Pruebas

Honda HR-V i-DTEC 120 CV: la otra cara de la moneda


    Jorge Arenas

    Tras haber probado el Honda HR-V de gasolina, ponemos a examen la variante diésel, que esconde bajo el capó el 1.6 i-DTEC de 120 CV. ¿Es la opción más acertada de la gama?

    Que Honda confía en el Civic y el CR-V como puntos de apoyo fundamentales en nuestro mercado es algo que ya sabíamos. Pero lo que no podía ser es que la firma japonesa se hubiera olvidado de un segmento tremendamente importante como es el de los SUV de tamaño compacto. El CR-V tiene su público, no lo dudamos, pero para muchos clientes es demasiado grande. Por ello, Honda ha decidido rescatar un modelo que, a nuestro juicio, nunca debió irse: el HR-V. Bien hecho.

    La historia de este modelo empezó en los últimos meses del siglo XX, cuando salió a comerse un mercado que, por aquel entonces, apenas conocía los Sport Utility Vehicles (SUV). Fue una apuesta arriesgada que pretendía llamar la atención de una clientela nueva. Su imagen era muy fresca, con tintes incluso deportivos, y sus posibilidades de uso iban más allá de lo que podía ofrecer un turismo o un todoterreno puro. Pero este modelo se quedó a mitad de recorrido cuando dejó de fabricarse en 2006. Una pena, porque fue justo en este momento cuando el mercado del todocamino empezó a crecer como la espuma hasta el día de hoy, que continúa aún imparable.

    A mediados del año pasado acudimos a la presentación del nuevo HR-V, donde pudimos anotar las primeras impresiones sobre el coche. Pero en el evento de lanzamiento sólo había unidades con motor de gasolina. Recordemos que la escueta gama está compuesta por un gasolina y un diésel. De este motor 1.5 atmosférico de 130 CV decíamos que era agradable por su finura, su sonido y por ese sabor añejo propio de los propulsores sin turbo, que a estas alturas se cuentan con los dedos de las manos. Eso de jugar a buscar la potencia en la zona alta del cuentavueltas tiene su punto para todos aquellos que disfrutamos conduciendo. Sin embargo, también contábamos que a este motor le falta fuerza a pocas revoluciones, consecuencia de un par motor bastante escaso, mientras el consumo de combustible es más elevado de lo deseable.

    La novedad es el motor diésel de 120 CV

    Visto esto, teníamos ganas de ponernos a los mandos de la versión diésel, que ha salido a la venta más tarde y que, por fin, hemos podido probar. Este motor no es otro que el 1.6 i-DTEC de 120 CV. Con esa potencia en gasóleo, la ecuación no puede fallar. Esto es lo que demanda la inmensa mayoría de usuarios que compran un SUV de este tamaño. Así que manos a la obra. Apretamos el botón de arranque y... efectivamente, ni rastro de la finura del motor de gasolina. Esto es normal, suena a diésel, con su traqueteo y sus vibraciones. Todo en su sitio.

    Comenzamos a rodar y, ya desde los primeros metros notamos un empuje superior al del 1.5 i-VTEC. A pesar de que tiene menos potencia (10 caballos menos), dobla la cifra de par (300 Nm frente a 155), así que las prestaciones son sensiblemente superiores. La velocidad punta es la misma y en la prueba del 0 a 100 km/h apenas llega dos décimas de segundo antes, pero en todo lo que tiene que ver con recuperaciones, el diésel barre al gasolina. Esto quiere decir que gana velocidad con mayor facilidad y que ciertas maniobras como los adelantamientos, los hace sin rechistar y sin necesidad de bajar una o varias marchas. Por supuesto, todo ello con un consumo de combustible bastante más bajo, de unos 2 litros/100km menos.

    La personalidad de los dos motores es totalmente opuesta. ¿Cuál es mejor? La respuesta está en mano de cada uno, según sus prioridades: quien busque ahorro en el día a día y una respuesta más viva preferirá el diésel; por el contrario, los que no quieran ver ni en pintura los efectos de un petrolero y disfruten del sonido y la respuesta propias de un buen motor de gasolina atmosférico, sin duda estarán encantados con el i-VTEC. En cuanto a los precios, cuidado, porque a pesar de que el diésel i-DTEC se ahorra el impuesto de matriculación por sus bajas emisiones de CO2 (el gasolina sí paga), su factura es unos 1.800 euros más elevada. Que tomen nota los amantes de la calculadora y de las reglas de tres, ya que puede pasar cierto tiempo hasta que los bajos consumos del diésel se conviertan en una ventaja dado su mayor precio precio de partida.

    Sin opción a tracción integral

    En el apartado mecánico sólo nos queda decir que el i-DTEC sólo se puede elegir con cambio manual (de seis velocidades y buen tacto), mientras el i-VTEC puede tener, además del manual de seis marchas (de mejor tacto incluso), uno automático de variador continuo CVT, que es menos interesante a nuestro juicio.

    Por cierto, si alguien se pregunta por la tracción, todos los HR-V que se venden en España son dos ruedas motrices (tracción delantera). En otros mercados sí existen variantes de tracción integral, pero parece ser que aquí no interesa por cuestiones de demanda. Es una lástima, porque a pesar de que la inmensa mayoría se decantará por la primera opción, no estaría de más ofrecer en opción la tracción total, aunque sólo fuera por asemejar la gama del Honda a la de la mayoría de sus rivales, que sí contemplan esta posibilidad.

    El rey del espacio

    Toca hablar de espacio y aquí no hay discusión posible: el nuevo SUV se merienda a casi cualquier competidor de su tamaño. De alguna manera, los ingenieros y diseñadores han logrado que tras ese envoltorio de 4,29 metros de longitud se esconda un habitáculo tan amplio que a veces llega a hacernos pensar que vamos a bordo de un todocamino de segmento superior. El aprovechamiento del espacio en las dos filas de asientos y en el maletero (470 litros) es una de sus mayores virtudes, no cabe duda.

    También lo es la practicidad, que queda en manos de sistemas como el Honda Magic Seats de plegados de asientos, que permite dejar un hueco de grandes dimensiones en la zona posterior para llevar objetos de gran tamaño. En definitiva, a pesar de que sus dimensiones exteriores lo sitúen en la liga de los Suzuki Vitara, Nissan Juke, Renault Captur, Fiat 500X y demás miembros de esta nutrida familia, en realidad el Honda HR-V podría rivalizar con modelos de la talla del Nissan Qashqai y compañía.

    Como conclusión diremos que el protagonista de esta prueba es un coche versátil, amplio y poco sediento, que además cuenta con un diseño interior y exterior muy desenfadado. A nuestro juicio, una de las opciones más apetecibles de la hornada actual de SUV generalistas, y eso a pesar de sus carencias en lo que a motores y tracción se refiere. Los precios van de los 23.000 a los 28.000 euros en función del nivel de equipamiento elegido, cifras a las que habría que restar 2.000 euros que se aplican en la campaña de promoción.

    Lo más destacable

    - Diseño y ergonomía

    - Tacto de conducción

    - Equilibrio prestaciones/consumo del motor i-DTEC

    Lo mejorable

    - Insonorización del habitáculo

    - Sin opción a tracción total

    - Solo con cambio manual

    Ficha técnica

    Motor: gasolina 4 cilindros, 1.597 cc

    Potencia: 120 CV a 4.000 rpm

    Par motor: 300 Nm a 2.000 rpm

    Consumo mixto oficial: 4,0 l/100 km

    Transmisión: manual, 6 velocidades

    Dimensiones: 4,294 m / 1,772 m / 1,605 m

    Maletero: 350 litros

    Velocidad máxima: 192 km/h

    Aceleración 0-100 km/h: 10,0 segundos

    Precio: desde 23.250 euros




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