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Hasta 280 km de autonomía para la versión 100% eléctrica del Hyundai Ioniq


    Jorge Arenas

    Hyundai quiere convertirse en la marca asiática más importante dentro de Europa. Y lo quiere ya, de hecho, se ha marcado este difícil objetivo para un 2021 que está a la vuelta de la esquina. La pregunta es: ¿cómo? El Hyundai Ioniq eléctrico es una de las respuestas.

    En un momento en que el gasóleo cae en picado y la tanto la hibridación como la electrificación apuntan a convertirse en la salvación dentro de las grandes ciudades, Hyundai se ha propuesto entrar de lleno en las tecnologías de impulsión alternativas con el lanzamiento de nada menos que 14 modelos que iremos viendo llegar en los próximos tres años. Hablamos de cinco híbridos, cuatro híbridos enchufables, otros tantos eléctricos y uno con pila de hidrógeno.

    Dentro de esta lista figura el protagonista de este artículo, que no es otro que el Hyundai Ioniq eléctrico. Para ponernos en situación, el Ioniq es la apuesta más tecnológica de la firma coreana, que cuenta con tres variantes en función del motor: una híbrida que ya conocíamos, una híbrida enchufable -llegará en breve a nuestro mercado- y una totalmente eléctrica, que es la novedad que hoy probamos. No hay rastro, por lo tanto, de versiones que se muevan exclusivamente con motor térmico. ¿Por qué? Porque es el futuro, no hay más vuelta de hoja.

    Adiós al carburante

    El Hyundai Ioniq al que Ecomotor ha tenido acceso en esta primera toma de contacto es el primer modelo 100% eléctrico de la marca. Sobre él recae la enorme responsabilidad de convertirse en embajador de esta tecnología dentro de un mercado, el europeo, en el que quiere triunfar.

    Lo que esconde en sus tripas este Ioniq electrizante es un motor trifásico de alto voltaje, que rinde 88 kW (120 CV) de potencia y un par de 295 Nm. Esto le permite acelerar en 9,9 segundos de 0 a 100 km/h y alcanzar una velocidad punta -autolimitada- de 165 km/h.

    La batería es de polímero de litio y tiene una capacidad de 28 kWh. A pesar de que su peso no es precisamente contenido, se aloja en una posición baja y centrada, lo que contribuye a no mermar la dinámica frente a los otros dos Hyundai Ioniq (los híbridos), que necesitan baterías bastante más pequeñas. Lo que sí pierde en comparación a estos dos hermanos de gama es la suspensión trasera de paralelogramo deformable en virtud de un eje torsional. Es una pena, pero es por una cuestión de espacio, sin más.

    Vamos a lo importante: ¿es fácil de conducir?

    Como suele suceder con este tipo de coches, se necesita un periodo de adaptación. Sobre todo para quien sólo haya conducido vehículos con motor de combustión. Para empezar, llama la atención el silencio, especialmente a bajas velocidades. Una vez lanzados, el ruido de rodadura es el que se impone, y aquí apenas hay diferencias palpables con otro tipo de coches.

    El Hyundai Ioniq eléctrico es automático y cuenta con una transmisión de una sola velocidad, así que sólo hay que acelerar para avanzar y el cambio no muestra tirones de ningún tipo. Avanza con una entrega inmediata y constante de potencia y par, así que más sencillo y efectivo, imposible. El cambio cuenta con las funciones básicas de todo automático (P, R, N y D), pero en lugar de un selector hay un conjunto de cuatro botones ubicados en el túnel central para activar esas funciones de parada (P), marcha atrás (R), punto muerto (N) y avance o Directa (D).

    La mayor diferencia, si acaso, se encuentra en la capacidad de retención del motor, que sirve para recargar la batería de las fases de deceleración y en la que el conductor puede tomar partido usando unas levas situadas tras el volante, que en esta caso no sirven para cambiar de marchas -como suele ser habitual en los coches con cambio automático- sino para aplicar más o menos freno motor según convenga en cada situación. En cualquier caso, esto sirve para sacarle mayor partido a la autonomía, aunque en realidad no hay por qué tocar esta función.

    En resumen, el Ioniq eléctrico sí es fácil de conducir. Cualquiera que sepa llevar un automático llegará a buen puerto con éste coche, y quien quiera ir un paso más allá y aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece el sistema eléctrico, con que le dedique una mañana a estudiarse todos los botones relativos a la retención y a los modos de conducción, ya lo tiene hecho.

    ¿Cuánto dura la batería y cuánto tarda en cargarse?

    Según el ciclo de homologación, la autonomía del Ioniq eléctrico es de 280 km. El tiempo de recarga varía entre las 12 horas en una toma de corriente convencional, las 4 horas en un Wallbox instalado en un hogar (la opción más normal) y los 24 minutos que tarda en una toma de carga rápida. Ahora saquen sus calculadoras y hagan cuentas para ver si este coche encaja con sus desplazamientos diarios o no. Por cierto, dado el consumo medio de 11,5 kWh cada 100 km y según el precio de la electricidad en las horas menos costosas, el gasto estimado ronda los 2 euros al recorrer la distancia citada. Es decir, que sería el equivalente a un coche con motor de combustión cuyo consumo es inferior a los 2 l/100 km.

    El Hyundai Ioniq eléctrico ya está disponible con tres niveles de acabado (Klass, Tecno y Style), bastante generosos en equipamiento todos ellos. Los precios, respectivamente, son de 34.600, 37.100 y 39.600 euros. Quien lo compre financiado obtiene un descuento de 1.400 euros y, por el momento, no hay más rebajas aplicables. Si llegara un nuevo plan MOVEA, le precio final podría reducirse en unos 5.000 euros, pero esto es algo incierto, así que mejor no contar con ello.




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