Ferrari J50: diseño rompedor, motor de 690 CV, solo diez unidades en el mundo
Jorge Arenas
Sin hacer mucho ruido y como quien no quiere la cosa, la firma del cavallino rampante acaba de presentar en Tokio el que, sin duda, será uno de sus modelos más impresionantes de los últimos años.
Nos referimos al Ferrari J50, un deportivo biplaza con carrocería tipo targa, que se ha creado para conmemorar el 50 aniversario de la marca a Japón. Todo un regalazo para el país del sol naciente, que sólo podrán disfrutar diez afortunados en todo el mundo, ya que esas son las unidades que fabricará la división de proyectos especiales de Ferrari de esta edición limitada.
Aunque no lo parezca, el Ferrari J50 está basado en el 488 Spider, del que no hereda su diseño (al menos el exterior), pero sí su motor V8 biturbo de 3,9 litros, que deriva la fuerza al eje trasero mediante una transmisión de doble embrague y siete velocidades. La potencia pasa de los 670 CV originales a 690, aunque la marca no ha especificado a qué debe esa mejora. En cualquier caso, la diversión está asegurada con este V8 que, por cierto, ha sido nombrado mejor motor del año 2016 en su categoría (de tres a cuatro litros de cilindrada).
Sin duda, lo que hace especial a este Ferrari es su diseño. Las líneas que lo definen poco tienen que ver con las de cualquier otro modelo de la gama. Afilado en su parte delantera, musculoso en la zaga y muy original en cada centímetro de su carrocería, el J50 es especial, se mire por donde se mire. Como curiosidad, esa línea negra que bordea el frontal y se extiende por los laterales hacia las tomas de aire del motor, es un rasgo estilístico heredado de algunos Ferrari de los años 80 y 90, como son el 288 GTO, el F40 y el F50. En cierta manera el nuevo modelo tiende un puente hacia esos antepasados que, como él, destacaron entre sus coetáneos y fueron capaces de marcar una época.
En el Ferrari J50 caben dos personas, que deciden si quieren devorar kilómetros con o sin techo. Si optan por lo segundo, sólo tienen que quitar un par de paneles de fibra de carbono y guardarlos detrás de los asientos para disfrutar de una experiencia de conducción a cielo abierto con una carrocería de estilo targa. En el interior, eso sí, hay pocas diferencias frente al 488 Spider del que deriva. Apenas unos elementos de diseño marcan la distinción en un habitáculo que, en líneas generales, es muy similar.
Las diez unidades del modelo con el que Ferrari celebra sus 50 años en Japón ya tienen dueño. El precio se desconoce, pero no sería nada descabellado pensar en una cifra cercana a los 1,5 ? 2 millones de euros, que es la factura habitual en este tipo de creaciones.