Una carrocería de coche cada 68 segundos: así operan a diario los 2.000 robots chapistas de Seat Martorell
Ecomotor.es
Seat continúa desgranando incógnitas sobre la puesta a punto de sus coches previa a la llegada al mercado y, en especial, el funcionamiento de su planta en Martorell, donde la simbiosis entre humanos y robots resulta esencial para mejorar el proceso de producción.
Después de conocer a las 125 'mulas de carga' autónomas que se dedican de transportar a diario 23.800 piezas dentro de las instalaciones de Barcelona, ahora la firma permite vislumbrar el 'modus operandi' de los 2.000 robots que se mueven sincronizados durante 24 horas ininterrumpidas diarias en los talleres de chapistería.
Soldar y atornillar piezas, aplicar adhesivos o detectar desviaciones de hasta 2 décimas de milímetro, son algunas de sus funciones de estas máquinas que, moviéndose al unísono y en coordinación con los operarios humanos, dan lugar a un 'espectáculo' cuyo resultado es la fabricación de la carrocería de un coche cada poco más de un minuto (68 segundos).
Así se gesta el proceso
-2.000 robots danzando sin cesar.
Miles de brazos mecánicos articulados se entrelazan en sincronía para manipular hasta 2.300 piezas diarias. Trabajan armónicamente y en continuo movimiento durante 24 horas ininterrumpidas. Entre sus capacidades, está la de soldar distintas partes de la carrocería, ensamblar las puertas de un coche y comprobar la geometía de la carrocería con precisos instrumentos de medición.
-Diferentes tamaños. Se combinan grandes y pequeños. Los robots más menudos miden poco más de un metro y los de mayores dimensiones llegan hasta los seis. Los hay naranjas, amarillos, con pinzas o sensores. Su principal cualidad en común es que son ligeros y versátiles y, a la vez, pueden manipular pesos de hasta 700 kg sin que les tiemble el pulso.
-Piruetas de 720º para soldar hasta 16.000 puntos. La mayoría de los robots tienen 6 ejes, una característica que les permite realizar infinitas combinaciones en sus movimientos. Se trasladan verticalmente, horizontalmente por raíles y llegan a realizar piruetas de hasta 720º entre todos sus ejes. Cuando se ponen a bailar, cada robot es capaz de efectuar hasta 16.000 puntos de soldadura al día en las carrocerías de los futuros coches.
-La dirección de orquesta, humana.
Un equipo de 390 personas está pendiente de atender las necesidades de la instalación y asegurar el óptimo funcionamiento de los robots. En la sala de control se monitorizan en directo el estado de las instalaciones y su coordinación con el resto de trabajadores.
-Precisión de hasta 2 décimas de milímetro. Guiados por esta partitura de la cuarta revolución industrial, los robots no sólo asumen los trabajos más pesados para liberar a sus compañeros de carne y hueso, sino que tienen funciones cada vez más sofisticadas. Trasladan piezas de un lugar a otro durante la producción y además son capaces de soldarlas, atornillarlas, aplicar adhesivos o medir con sus sensores desviaciones de hasta 2 décimas de milímetro antes de que los modelos lleguen a la línea de acabados.
-Al unísono con los operarios.
Para completar la coreografía de la Industria 4.0, el baile de los robots se une al trabajo de los empleados: la revisión final siempre corre a cargo de los operarios. Juntos, personas y máquinas, son capaces de fabricar la carrocería de un coche cada 68 segundos.