Motor

¿Es Tesla otro caso más de éxito efímero como los de DeLorean o Tucker?

    Delorean DMC-12


    Gráfico TESLA-MTRS

    Tesla Motors está de moda. La automovilística de Silicon Valley es sin duda el fabricante de coches eléctricos con más potencial del momento y tanto público como crítica coinciden en señalar al revolucionario Model S como uno de los mejores modelos del mercado. Pero, pese a todo, el pasado del automóvil estadounidense puede llevar a algunos a cuestionar el hoy prometedor futuro de Tesla.

    Y es que la historia de la industria del motor americano ha vivido algunos casos de iniciativas de start-ups similares que recuerdan al mismo éxito rápido y fulgurante de Tesla y que, sin embargo, acabaron en estrepitoso fracaso en apenas un par de años: DeLorean, Tucker o, más recientemente, Fisker son los más representativos... 

    En el primer caso, el deportivo DMC-12 del fabricante homónimo del ingeniero norteamericano John DeLorean pasó a la historia del imaginario colectivo por su protagonismo en Regreso al futuro, viéndose envuelto en una intensa fama en la primera mitad de los años ochenta. Pero para cuando se estrenó la película en 1985, DeLorean Motor Company llevaba tres años en bancarrota, arrastrada por los sobrecostes y la aplastante deuda consiguiente generada por la producción en su única planta de Belfast, Irlanda del Norte.

    Del mismo modo, la automovilística fundada por el también empresario estadounidense Preston Tucker, destinada a sacudir a la industria automotriz americana con un diseño y características considerados altamente avanzados para su tiempo, fracasó, en los años 40, sólo tres años después de ser creada. También al igual que DeLorean, Tucker se vio afectado por unos fondos limitados y ciertas acusaciones de irregularidades financieras.

    Por último, Fisker, con sede en California, surgía hace un par de años como uno de los fabricantes de coches más interesantes del panorama automovilístico con un gran éxito vivido en sus primeros meses de vida. Sin embargo, poco a poco los problemas fueron llegando a su deportivo híbrido Karma -peligro incendio, llamadas a revisión, desorbitados sobrecostes...- hasta que, finalmente, se declaró en quiebra. Recientemente, Fisker ha sido 'rescatada' por la compañía china Wanxiang tras comprar la empresa estadounidense por unos 150 millones de dólares.

    De este modo, haciendo este repaso por la historia, surge la reflexión propuesta por Bloomberg sobre si el futuro de Tesla podría seguir la misma evolución que compañías de corte similar en el futuro, tal y como le ha ocurrido hace bien poco a la que un día fue su principal rival, Fisker.

    Pasado, presente...

    Fundada en 2003, Tesla está viviendo ahora el momento más dulce de su historia: sus acciones se situaron en niveles máximos la semana pasada después de que Elon Musk anunciara sus nuevos planes para construir una "gigafactoría" de baterías que ayude a impulsar la aún tenue producción de sus coches eléctricos, uno de los pocos reproches que todavía puede hacerse en contra de la automovilística de Silicon Valley.

    Pero esta coyuntura no es sino la cima provisional de una tendencia claramente al alza: la subida del 619% de su capitalización bursátil en el último año le convierte en la mayor subida para una automovilística en al menos dos décadas, según datos de Bloomberg. Tesla Motors vale hoy casi 15 veces lo que hace cuatro años, cuando empezó a cotizar en bolsa, el mayor crecimiento para una empresa debutante desde 2006; en concreto, su valoración oscila a día de hoy en torno a los 31.000 millones de dólares, lo que ya es menos de la mitad que gigantes del sector como General Motors o Ford. Todo esto ha hecho que, incluso, muchos analistas hayan llegado hablar de que Tesla no sería más que una burbuja más.

    ¿Pero ha llegado la compañía dirigida por Elon Musk a su tope? "Su combinación de tecnología, diseño y utilidad, además de ser un líder en un segmento con un gran potencial, está animando a compradores e inversores a apostar por Tesla", explica Alan Baum, analista de Baum & Associates. "Están liderando un nuevo segmento con un producto que trasciende al propio segmento en sí", afirma.

    ... Y futuro de Tesla

    Sin embargo, el entusiasmo por Tesla debería ser contenido en reconocimiento de los retos que tiene por delante la empresa de Palo Alto: Tesla se ha propuesto multiplicar por 20 sus ventas respecto de las de 2013 hasta medio millón de unidades, tal y como recuerda James Albertina, analista de renta variable. "Como fabricante de lujo lo han hecho muy bien, pero tienen un largo camino que recorrer hasta llegar al mercado de masas", cree Albertina. "Sigo siendo escéptico de que pueden llegar de los 35.000 vehículos de este año a 500.000 en sólo diez años".

    En cualquier caso, no todos los expertos se muestran tan escépticos y, tras el anuncio de esa megafábrica de baterías eléctrica, los hay que han incluso revisado muy al alza sus previsiones. Es el caso de Adam Jonas, analista de Morgan Stanley, que ha elevado su proyección del precio de las acciones de Tesla hasta 320 dólares en los próximos doce meses. ''La escala de la producción de baterías de Tesla, incluso para su propio uso como fabricante de automóviles, refuerza a la empresa como 'actor clave' en este terreno", asegura Jonas.

    Por tanto, si atendemos a la corriente de los analistas que representa Jonas, mientras Tesla siga evolucionando en este sentido, cotizando a 154 veces más que sus ganancias estimadas, no parece muy osado aventurar que pocas son ya las posibilidades de que se vea abocada a una situación del mismo corte que los ejemplos fallidos de DeLorean o Tucker y a seguir el ejemplo de Fisker.




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