Difícil campaña electoral

La que se nos avecina de aquí al 20-D es la campaña electoral más difícil vivida en la democracia. España se enfrenta a dos peligros decisivos para el futuro próximo y lejano del país: el terrorismo islamista y Cataluña, por ese orden de importancia. En cuanto al terrorismo hay demasiadas incertidumbres y una nueva situación a la que no sabemos cómo hacer frente. Ya nada es igual ante el desafío yihadista, los parámetros son desconocidos para Europa y para el resto del mundo, la manera de pelear no es la misma y las armas son todas nuevas, la inmolación representa el más grave de los peligros a la hora de luchar. Cataluña, por su parte, es un sinsentido al que se llega tarde, desde hace muchos años están haciendo lo que quieren para avanzar en su objetivo independentista, quizás ahora ya no tengan marcha atrás muchas de las acciones emprendidas y consentidas. Estos dos asuntos ponen de acuerdo a la mayoría de los partidos políticos y eso para unas elecciones no se quiere, hay que demostrar diferencias. Además, al parecer, el Rey ha pedido a los dos principales partidos que no utilicen estos dos elementos en sus campañas electorales. Parece pues que volver a Bárcenas y a los ERE de Andalucía sería muy cansino y como los temas reales que preocupan a la ciudadanía tampoco son materia de los políticos, la próxima campaña será muy compleja.

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