
Esta historia de Gustavo Agudo te deja muy buen sabor de boca. Y lo hace porque lo podríamos hacer muchos de nosotros pero el miedo a tomar decisiones nos hace que sigamos y sigamos en nuestra rutina del día a día. Unos más afortunados ya han tomado la senda de emprender y aunque están en su ciudad de toda la vida, lo hacen más libres al controlar su agenda y su vida tanto personal, profesional como familiar.