
Paseando por la medina de Marrakech, Kiyan Foroughi llegó al puesto de una joven diseñadora de joyas y quedó prendado de lo que vio: eran unos diseños sorprendentes y usaba materiales muy diferentes de los que utilizaban otros comerciantes del zoco. La joven le explicó su historia de cómo creció en una aldea de las montañas del atlas confeccionando piezas para ella misma y cómo su madre y amigas notaron que sus diseños eran especiales. Poco a poco, y por el boca a boca, empezó a vender a otras mujeres y su negocio se extendió a otras aldeas próximas a la suya. Ahora, en la tumultuosa medina de Marrakech la joven caminaba 4 horas al día para vender sus productos.
Ese encuentro casual inspiró a Foroughi que se dio cuenta de dos cosas: la fuerza de una bonita historia, y la dificultad de los pequeños diseñadores y productores independientes para vender sus productos y hacerse un nombre. De vuelta a su ciudad natal, Foroughi empezó a investigar y atisbó una oportunidad en el mercado de la venta online de joyas y accesorios: recrear un mercadillo online donde diseñadores de todo el mundo podrían vender sus productos y tener un contacto directo con sus clientes.
Debido a que conocía muy poco el sector de la joyería, Foroughi siguió con su investigación mientras trabajaba en una empresa de asesoramiento e inversión en Londres. Por la noches y los fines de semana fue perfilando su idea, hablando con joyeros y finalmente lanzó una versión alfa de su web. La cosa funcionó y finalmente lanzó la tienda online Boticca.
Para Kiyan Foroughi y la co-fundadora Avid Larizadeh las claves del éxito son dos: primero, ofrecer a los diseñadores un margen superior del que normalmente obtienen vendiendo a través de las tiendas online tradicionales. Segundo, ofrecer una “experiencia completa mientras compras” teniendo un contacto directo con el diseñador, que es quien envía el producto desde su taller y con su propio y particular envoltorio. Los propios clientes cuentan que “ comprar en Boticca es como viajar por el mundo mientras compras” y algunos han llegado a hacerse amigos de los diseñadores al comprarles directamente a través de Boticca.
Como veis, una gran idea basada en una bonita historia. ¿te animas con algo similar?