Cacicada

El proyecto para expropiar algo más del 50 por ciento de YPF a la petrolera española Repsol sólo tiene un nombre: cacicada. Es necesario además felicitar al ministro de Industria, José Manuel Soria, por su valentía en defensa de los intereses de las multinacionales españolas. Da gusto oír a un ministro que quien atente contra nuestros intereses deberá atenerse a las consecuencias. ¡Qué diferencia con los anteriores, que se dedicaron a malvender nuestras empresas a multinacionales de otros países!. Ahora bien, dicho esto, cabe preguntarse: ¿Qué puede hacer Soria? La respuesta es: poco. Denunciar el expolio ante la G-20, ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), ante la Unión Europea o ante la Corte de Arbitraje Internacional y prepararse para una larga espera para escuchar un veredicto. Es una pena. Países gobernados por presidentes piratas como Kirchner se percatan rápidamente de que su negocio está en vender a precio de oro sus empresas a los extranjeros y después expropiarselas a precios irrisorios, para dentro de unos años, cuando estén en la ruina de nuevo, alguien vuelva a comprar a un coste prohibitivo. De esta lección deberíamos aprender. En 2004, España donó mil millones a Argentina, que jamás nos ha devuelto. En adelante, ni agua.

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