Para qué nos sirve relajar el déficit

El Gobierno quiere actuar en varios frentes para combatir la fuerte crisis económica que nos espera este ejercicio. Por un lado, este viernes se aprobará un real decreto que pretende estimular la concesión de créditos con aval del Estado a los proveedores de las administraciones públicas, por otro está la mayor flexibilidad que introduce la reforma laboral, que permitirá frenar la destrucción de empleo y, por último, está la reforma de las líneas de crédito del ICO para que el dinero llegue a las pymes. Es este último punto el que está más en duda, porque nadie sabe cómo se va a lograr la reactivación del crédito, cuando al mismo tiempo se exige a la banca mayores provisiones, lo que obliga a éstos a prestar menos para reducir el riesgo. Todo conduce a que habrá que crear un banco malo tarde o temprano y que la reforma financiera no está cumpliendo el objetivo para el que la diseñó el ministro Luis de Guindos. Los últimos datos apuntan a que la concesión de créditos nuevos se contrae alrededor del 40 por ciento. Así no hay quien creen empleo nuevo, por mucho que Europa nos relaje los objetivos de déficit para el próximo año.

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