Las fusiones bancarias
El presidente del Santander, Emilio Botín, lo tiene claro, el banco que no pueda hacer frente a sus provisiones debería quebrar. La fórmula que pretende aplicar el ministro de Economía, Luis de Guindos, para rescatar a la economía española de los infiernos no es la ortodoxa. Guindos pretende que los bancos sanos se merienden a los débiles para que el conjunto del sector se salve. Sin embargo, Moody’s advirtió en su informe hecho público esta semana (ver elEconomista del martes, 31 de enero), que el banco fuerte que adquiera el débil se convertirá en débil, con lo que se alargará el problema del crédito y el saneamiento del sector. Si a este panorama, añadimos que el Santander, que es un banco sano, sanísimo, redujo el 7 por ciento el crédito en el cuarto trimestre, me pregunto en cuánto lo recortaría si estuviera, además, obligado a quedarse con una de los bancos problemáticos. Multipliquen este efecto por el conjunto de las entidades y tendrán el panorama para los próximos meses: sequía de crédito, unido a un crecimiento raquítico y a una demanda estancada. En fin, menos mal, que Rajoy parece dispuesto a hacer reformas estructurales cuanto antes.