Rajoy se reserva el control económico
Me gusta el gobierno de Rajoy. La parte económica está integrada por personas de probada experiencia, que tuvieron puestos de responsabilidad en el último ejecutivo popular, con Aznar. El poder económico se reparte entre Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, básicamente, ya que Fátima Báñez es una persona muy ligada a este último que tendrá que sufrir las consecuencias de sus medidas. El presidente, que ha sido cocinero antes que fraile -no olvidemos que fue varias veces ministro y también vicepresidente- sabe que las decisiones de calado pasan antes por la Comisión de Asuntos Económicos, que se celebra los jueves. Por eso se ha reservado la presidencia de esta comisión, con lo que además de todo el poder político tendrá el económico. Cualquier asunto se debatirá en este organismo antes de llegar al consejo de ministros, con lo que intenta evitar que le cuelen gato por liebre. La decisión es lógica si se tiene en cuenta que ha querido guardar un equilibrio entre Montoro, al que le había prometido que sería su ministro económico y que tiene gran ascendencia en su gobierno, y De Guindos, que rehusó entrar en el grupo parlamentario cuando el PP estaba en la oposición. También es normal que Rajoy quiera llevar personalmente las riendas de los temas económicos y conocer en profundidad el alcance de sus decisiones antes de que sean oficiales. Como presidente de esta comisión podrá ejercer de Rey Salomón frente a sus ministros.
En Fomento coloca a una de las personas de su confianza más absoluta, Ana Pastor. Un ministerio clave en el que se manejan las grandes cifras de inversión del país y que en esta ocasión será esencial para intentar que no decaiga el crecimiento. Su primera gran decisión puede ser si seguir al ritmo actual con el AVE a Galicia, ya que los estudios de viabilidad al respecto son desastrosos.