Que nos ayude el FMI
La apertura de una línea de liquidez del Fondo Monetario Internacional (FMI) para los países con problemas es la prueba palmaria de que Europa es incapaz de resolver sus problemas por sí misma ante la tozudez de Ángela Merkel para utilizar el Banco Central Europeo (BCE) en defensa de las monedas de los estados miembros del euro. España podría llegar a percibir 100.000 millones de euros como máximo, que utilizaría para comprar su deuda y bajar el precio de colocación. Ahora depende de Rajoy que quiera utilizarla o no. Pero en las últimas semanas se ha puesto de manifiesto que bajar el coste de la deuda en el mercado sin ayuda extraordinaria costará mucho tiempo, porque no sólo bastará con anunciar que se van a tomar medidas, como ya se ha visto estos días. El mercado ya no está para promesas. Ahora, quiere verlas en marcha y evaluar que tengan un éxito. Un tiempo demasiado largo. Ayer el precio de las letras a tres y seis meses se duplicó. El coste, de momento, es insignificante. Pero el año que viene vencen 115.000 millones de deuda pública cuya refinanciación puede resultar demasiado pesada para una economía estancada y con peligro de entrar en recesión, como la española.