Ataque al ‘rating’
Las agencias de rating intentan recuperar la credibiidad pedida rebajando las calificaciones de países y de entidades financieras en cuanto se presenta la mínima sospecha. Hasta aquí es comprensible. Pero el problema no está en su celo por vigilar la fiabilidad de las cuentas públicas y privadas que, dicho sea de paso, no estaríamos como estamos si hubieran hecho bien su trabajo con anterioridad, sino en el momento elegido. En la semana clave de Grecia, redujeron la calificación de toda la banca italiana y en ésta, en la que Bankia se juega su salida a bolsa, han dado a conocer sus malos agüeros no sólo para la entidad financiera presidida por Rodrigo Rato sino para los otros bancos medianos del sector. Cualquier ávido inversor se plantería su inversión con estas noticias unos días antes de que se produzca el estreno en el parqué. Es comprensible por ello, el clamor de los dirigentes europeos, contra estas agencias. Para más Inri su capital es americano, por lo que cada vez está más extendida la opinión de que podría tratarse de un ataque contra la zona euro y su moneda. Está bien que hagan su trabajo, pero por favor no pongan palos en la rueda de la bicicleta.