Nucleares sí, gracias
El terremoto japonés ha reavivado el debate nuclear. La canciller Ángela Mekel ha sido la primera política en posponer durante unos meses su decisión sobre la renovación de la vida de las nucleares en su país. El problema de este tipo de energía está en los residuos, que permanecen durante cientos de años, no en la seguridad. Si después de sufrir un terremoto de intensidad 9 una central nuclear con 40 años de antiguedad resiste la embestida, no se me ocurre a qué otro tipo de prueba se puede someter a estas instalaciones. La energía verde, por supuesto, tiene su hueco, pero cuando los costes se acomoden al del resto, no a golpe de subvención pública. ¿O alguien está dispuesto a pagar más por el origen de la energía que consume?