A ciegas
La capacidad de improvisación del Gobierno me sorprende más cada día. Al ministro de Fomento, José Blanco, no se le ocurre mejor idea que apagar una de cada dos farolas. Y, entonces, yo me pregunto para qué hemos puesto tantas farolas, mejor nos lo habíamos ahorrado. No sé la experiencia de Blanco, pero si conozco la mía. Hace unas semanas entraba por al A-2 a Madrid por la noche y me encontré con que las farolas de la mediana desde Guadalajara (a unos 58 kilómetros de la capital de España) estaban apagadas. Circular por el carril próximo a la mediana era una temeridad. Los coches se agrupaban en el carril derecho e iban a paso de burra. Era como volver a la España de los 60. Entonces pensé que se trataba de una avería, pero una vez oído a Blanco, empiezo a pensar que estaba ya ensayando su brillante idea. Me figuro que Blanco viaja en coche oficial, pero los que lo hacemos en el nuestro propio y pagamos cada día más impuestos, nos gusta tener unos servicios a la altura de un país desarrollado. Ahora va a resultar que nos gastamos miles de millones en autovías, autopistas y AVE y no tenemos ni para pagar la luz. Vergonzoso. El ministro ha intentado rectificar esta ver barbaridad y propone cambiar las luces a las de tipo led. Pero el coste es disparatado. Creo que lo mejor antes de lanzar una idea, es pensar lo que se va a decir.