¿Empresarios con cuernos y rabo?
Hace un par de días publicamos una información sobre el presidente de Campofrío, Pedro Ballvé, que ha logrado hacerse con el control de Telepizza hipotecando sus acciones en Camprofrío y en Telepizza, a la vez. Lo hizo, además, sin ponerlo en conocimiento de los accionistas de éstas dos empresas. Cuando nos enteramos, llamamos a Ballvé. El nos confirmó que había sido así, aunque ya había levantado la hipoteca. A continuación telefoneamos a la CNMV, donde nos dijeron que no había obligación de comunicar la hipoteca por parte del empresrio. Ballvé nos invitó a desayunar a su despacho para explicarnos la operación. Confesó que había tenido que hipotecarse, en un momento de dificultades, pero que todo había salido bien y estaba ya superado. ¿Dónde estaba el problema? Ballvé mantiene una nómina de más de 5.000 familias en Campofrío y otras 20.000 de Telepizza, y sus productos son líderes en el sector cárnico. elEconomista contó la historia, al día siguiente. Hay quienes creen que los empresarios son demonios, con cuernos y rabo. La mayoría han pasado por dificultades económicas, y han tenido que actuar al filo de lo imposible, sobre todo desde el punto fiscal. En este periódico vamos a defender a los empresarios, siempre que actúen dentro del marco legal, sin infringir las reglas del mercado.