Ruiz Mateos
Hace unas semanas me citaron los Ruiz Mateos por las constantes informaciones sobre embargos a empresas aparecidas en elEconomista. Me explicaron que su patrimonio era mucho mayor que la deuda, en torno a 700 millones, y que no pensaban dejar de pagar a nadie. Unos días después, los cerca de 5.000 bonistas que depositaron su confianza en sus empresas no tienen garantizado el próximo cobro y, sobre la deuda, nada se conoce a ciencia cierta. Una cosa es lo que reconoce la empresa y otra es la que aparezca en realidad cuando se comienzan a levantar las alfombras y salen los pequeños acreedores, que van desde el ganadero hasta el proveedor de cualquier material. Siento una inmensa pena por los afectados, porque creo que en esta ocasión tanto los medios de comunicación, como las autoridades -Ministerio de Economía y Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)- avisamos del riesgo, aunque no nos hicieran caso. Y otra cosa, creo que invocar tanto a Dios y a su corte celestial por parte del patriarca, no sirve en estos casos.